En torno a las seis de la tarde del 3 de abril de 1974, el cabo primero de la Guardia Civil GREGORIO POSADA ZURRÓN conducía su coche por la calle Juan XXII de Azpeitia (Guipúzcoa). La calzada estaba en obras, lo que le obligaba a circular lentamente. Dos terroristas se pusieron delante del vehículo y le dispararon a quemarropa con dos ametralladoras de fabricación extranjera, tipo Marieta.
Gregorio, alcanzado de lleno, perdió el control del vehículo, que acabó chocando contra la puerta de un local. Fue trasladado al Hospital Militar de San Sebastián donde murió dos horas después. Uno de los disparos le dio en la cabeza por lo que no pudo hacerse nada por salvarle la vida. Los dos terroristas huyeron en una moto Vespa que había sido robada previamente en Azpeitia.
Por este asesinato fueron condenados José Antonio Garmendia Artola, alias El Tupa, y Ángel Otaegui Echevarría, alias Caraquemada y Azpeiti. Este último fue el que dio información detallada sobre Gregorio Posada a José Antonio Garmendia y un tercer etarra, Francisco Javier Aya Zulaica,El Trepa, para llevar a cabo el atentado. Con esa información, Garmendia y Aya Zulaica llegaron desde Francia en un fueraborda diez días antes del atentado. Un cuarto etarra, Félix Eguía Inchaurraga, colaboró en la huida de los autores materiales y les escondió hasta que consiguieron cruzar la frontera con Francia.
Juzgados por un Consejo de Guerra el 28 de agosto de 1975 en Burgos, Garmendia y Otaegui fueron condenados a muerte. A Garmendia, condenado como autor material, se le conmutó la pena por 30 años de prisión. El motivo: las heridas que sufrió en la cabeza en el momento de su detención, que le dejaron secuelas físicas y mentales tras estar tres meses en coma. Se vio beneficiado por la amnistía de 1977, que le fue concedida en mayo de ese año.
Otaegui Echevarría, condenado como colaborador, fue fusilado el 27 de septiembre de 1975. Fue uno de los cinco últimos fusilados por el régimen de Franco, junto al etarra Juan Paredes Manot, alias Txiki, y tres miembros del FRAP (José Humberto Baena, José Luis Sánchez Bravo y Ramón García Sanz).
Gregorio Posada Zurrón tenía 33 años. Nacido en Villaferrueña (Zamora), estaba casado y tenía dos hijas, una de seis años y otra de cuatro. Era el jefe del Grupo de Información que tenía la Guardia Civil en Azpeitia. Podría haberse trasladado a Logroño, pero decidió continuar en la localidad guipuzcoana. El padre de Gregorio también perteneció a la Guardia Civil, aunque ya estaba retirado.
Gregorio fue la primera víctima mortal de las 19 del año 1974, entre ellas la primera masacre de civiles provocada por una bomba colocada en la cafetería Rolando de Madrid, atentado en el que murieron 13 personas. Todas ellas eran civiles, salvo el policía Félix Ayuso Pinel, que arrastró durante dos años y cuatro meses graves secuelas, falleciendo finalmente el 11 de enero de 1977. Ese año, además, la banda asesina amplió el abanico de objetivos, declarando como tales a todos los miembros de los Cuerpos de Seguridad.
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