Arcadi Espada.
Dicen, los genéricos, que la causa de los problemas de España con los mercados son la desconfianza. Los que han de prestar el dinero no confían en nuestras cuentas. Parece lógico que antes de prestar dinero uno quiera saber el estado de la cartera del deudor y las posibilidades que tiene de recuperarlo. Me parece un razonamiento verosímil. Hace unos cuantos meses España tenía el más sólido sistema bancario y ahora está a punto de la catástrofe. Al parecer había en la trastienda de los bancos algo que nadie vio. Y qué decir, en fin, de las cifras dé deficit, municipal, autonómico o estatal.
El desconcierto, sin embargo, afecta a todos los números españoles. También al de los seis millones de parados. A mi juicio, meramente olfativo, es imposible que ese número tenga algún viso, ni combinación ninguna, de realidad. En España debe de haber varios millones de clandestinos, bastantes de los cuales además de trabajar en la economía sumergida cobran el subsidio. Ya digo que se trata de mi olfato. Pero también de algunas noticias. Por ejemplo, la de que vuelve a aumentar la cifra total de dinero que los inmigrantes en España envían a sus familias. Después de tres años de caída esas cifras han vuelto a la senda positiva. Teniendo en cuenta que las cifras de paro afectan especialmente a la inmigración no me parece que sea una noticia destinada a ignorarse.
Lo asombroso es no ver en su redacción referencia alguna a la economía sumergida. Es una constante general que esa realidad se ignore en las noticias económicas españolas. Aunque, como indica su nombre, de eso se trata, precisamente.
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