Ahora sí. España está al borde del abismo. Las elecciones que llevaron a Rajoy a la Moncloa dieron un atisbo de esperanza de que por fin alguien serio gobernara España, pero esa esperanza se ha esfumado en 100 días. Ahora ya podemos afirmar que, o Rajoy cambia mucho o España camina inexorablemente hacia la catástrofe.
Hasta diciembre 2011, el problema de España era que corría el riesgo de “contaminarse” de los problemas de Grecia. Recordad que en Europa había países insolventes (Grecia) y países como España o Italia que eran solventes pero faltos de liquidez (solventes quiere decir que tienen capacidad de pagar sus deudas en condiciones normales y faltos de liquidez quiere decir que necesitan pedir prestado a corto plazo porque sus gobiernos gastan más de lo que ingresan y mantienen un déficit fiscal). El problema para ese segundo grupo de países era que los acreedores, en estado de pánico, podían pedir unos intereses tan elevados (una prima de riesgo tan elevada) que acabasen haciendo que, efectivamente, España no pudiera pagar. Es decir, España corría el peligro de lo que se llama “profecía auto-realizada” : los acreedores "profetizan" que España no podrá pagar y suben los intereses para compensar el riesgo de impago, eso encarece el crédito hasta el punto que, efectivamente, España no puede pagar.
Para solucionar ese problema era importante que el Banco Central Europa saliera a la palestra para comprar deuda de los países “solventes pero faltos de liquidez” y que, a su vez, esos países hicieran lo posible para (1) recortar sus déficits fiscales y (2) reencontrar sus sendas de crecimiento (es decir, reformas estructurales).
En Diciembre de BCE hizo su parte del trato e introdujo el LTRO (long-term refinancing operation), programa de créditos baratos a los bancos para que éstos compraran deuda de países como España. Las primas de riesgo bajaron y permitieron que la tranquilidad volviera a los mercados(*).
El problema es que España no ha cumplido su parte del trato. Después de ganar las elecciones de manera abrumadora, el Partido Popular no ha hecho nada para ganar la credibilidad que había perdido el gobierno de Zapatero. De hecho, en 100 días ha hecho todo lo que ha podido para dilapidar las esperanzas que la mayoría de Españoles habían depositado en el cambio. Ya he explicado en un post anterior el problema principal de este gobierno es el de la falta de SERIEDAD, y lo vuelvo a repetir aquí:
- incumplir promesas fundamentales como la de no subir el IRPF no sólo demuestran que el nuevo gobierno no tiene una filosofía en la que cree puede dar resultados (y, de paso, en la que podamos confiar todos), sino que es un gobierno que va a la deriva adoptando medidas populistas, electoralistas y sin un rumbo fijo,
- posponer el presupuesto a las elecciones andaluzas demuestra que, igual que ZP, esta gente pone sus intereses electorales y sectarios al interés del país
- contratar a amigos y familiares del PP por doquier (incluido el marido de Soraya Saenz de Santamaria) en un momento en que 5 millones de ciudadanos están en el paro demuestra que no quieren el poder no para solucionar problemas sino para beneficiarse de él,
- proponer el corredor central en lugar de apostar por la racionalidad del eje mediterráneo es demostrar que el egocentrismo capitalino sigue primando sobre la racionalidad económica,
- hacerse el "machote" ante los electores diciendo que no se cumplirá el déficit del 4,4% del PIB sino el 5,8% unilateralmente decidido por Rajoy es una muestra de valentía... pero no cuando 24 horas después del anuncio la jefa te pica la cresta, te obliga a aceptar el 5,3% y tu aceptas sin rechistar,
- no arreglar decididamente EL GRAN problema del sistema financiero Español, que no es otro que Bankia, por razones aparentemente políticas (Bankia es el antiguo Caja Madrid, presidida por un ex vicepresidente del PP, Rodrigo Rato) demuestra, otra vez, que la prioridad no es arreglar los problemas de fondo sino la gestión de favores políticos,
- seguir negando que la solución al problema financiero de España va a requerir docenas de miles de millones de euros al erario público es zapaterizar la gestión económica a base de esconder la cabeza bajo tierra cosa que demuestra o incompetencia o falta de sinceridad (o ambas),
- no asumir la propia culpa o la propia incapacidad de reducir el déficit y dar las culpas a las autonomías o al gobierno anterior es una muestra de irresponsabilidad
- hacer unos presupuestos vanagloriándose de los “sacrificios” de 27.000 millones cuando en realidad 14.300 de esos millones son un sacrificio de los ciudadanos a los que se expropia una cantidad mayor del dinero que ganan con el sudor de su trabajo y 5.000 millones son un sacrificio que se impone a las comunidades autónomas es demostrar una falta de seriedad escalofriantes, pero si además, esos presupuestos incluyen:
- el absurdo retorno de las desgravaciones fiscales por la compra de pisos simplemente porque cuando uno estaba en la oposición se quejó (irresponsablemente) de que el PSOE las eliminara,
- la negativa a subir el IVA y bajar las cotizaciones sociales del trabajo que permitirían hacer una devaluación fiscal que abarataría las exportaciones en relación a las importaciones simplemente porqué Javier Arenas no quiso que se subiera el IVA en su día porqué reduciría sus opciones electorales es poco serio,
- la negativa a reducir el salario de los funcionarios de la administración central cuando el resto de la población sufre IMPORTANTES pérdidas de ingreso simplemente porque cuando se estaba en la oposición se adoptó esa postura demagógica para captar votos es impresentable.
Podríamos seguir ampliando la lista pero no es necesario. Queda claro que, estamos en nueva fase de la crisis en la que España YA NO es claramente un país solvente que corre el riesgo de “contagiarse” de la irresponsabilidad de Grecia sino que se ha convertido, a los ojos de sus acreedores, en un país incapaz de hacer los deberes y que, por lo tanto, corre el riesgo de ser insolvente. Las primas de riesgo ya no suben porqué los acreedores estén en estado de pánico y pongan injustamente a España en el saco de Grecia. España se ha puesto a sí solita en el saco de Grecia.
Y la principal consecuencia de todo esto es que, esta vez, el problema de España ya no lo arregla el Banco Central Europeo dando créditos baratos a los bancos para que se lo presten a España y bajar así la prima de riesgo. Esta vez lo único que puede salvar a España es que el gobierno deje de dar bandadas, deje de hacer trampas, haga las cosas con seriedad, asuma sus responsabilidades, se deje de electoralismos cortoplacistas y coja el toro por los cuernos con valentía y decisión.
Los recortes de gasto y subidas de impuestos van a empeorar la recesión a corto plazo. Todo el mundo debe ser consciente de ello. Pero ese empeoramiento de la recesión valdría la pena si se tiene la confianza de que el año que viene se habrá salido del agujero. Y esa confianza solo la puede dar el gobierno demostrando dos cosas que hasta ahora no ha tenido: rumbo y seriedad. Rumbo claro que indique hacia donde se va y cómo se va a transformar el tejido productivo del país para hacerlo competitivo y capaz de generar empleo, riqueza, crecimiento... e ingresos fiscales. Seriedad para convencer a todos los ciudadanos que los que mandan tomarán decisiones pensando en el bienestar de todos y no en las chances electorales de algunos.
(*) Cuando se dice “mercados”, se quiero decir ACREEDORES. Lo digo por todos aquellos comentaristas que se preguntan, sarcásticamente, "quienes son estos mercados que tanto nos fustigan". La respuesta es: los mercados son esos acreedores a los que les debes dinero y a los que estás obligado a pedirles más dinero porque eres incapaz de cuadrar tus cuentas!
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