"Estos mismos liberales que sospechan, nosotros, saben también que hasta que el hombre no sea capaz de encontrar mejor fórmula técnica la injusticia continuará siendo una inexorable condición de la libertad. Así pues nos mostramos resignados (¡qué vachaché!) a pagar los excesos tanto de los que contrataron hipotecas por el 70% de su sueldo como de los que convirtieron algunas oficinas bancarias en lugares de práctica de la ruleta rusa… siempre con las sienes de los otros. Pero si esta general y notabilísima provisión de fondos, imprescindible para calmar el estrés del dinero, tan pusilánime, no alcanza para pagar una revistilla (la minúscula es obviamente presupuestaria), cuya fortaleza no era el número de gente que la seguía, sino la producción y diseminacion de ideas útiles, quizá haya entonces que plantearse la función del mecenazgo. Digo del mecenazgo de nosotros con ellos."
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