El largo viaje hacia el cerebro aumentado. Antonio Martínez Ron



Si todo sale como está previsto, el próximo 12 de junio de 2014 el saque inaugural del Mundial de fútbol de Brasil lo realizará un joven tetrapléjico capaz de caminar mediante el primer prototipo de exoesqueleto completo. Un equipo internacional liderado por el brasileño Miguel Nicolelis, de la Universidad de Duke, trabaja a contrarreloj para alcanzar este objetivo y sorprender a la humanidad con los avances que llevan años experimentando con monos. "El extraordinario éxito con los primates no humanos", asegura Nicolelis, "es lo que nos hace creer que los humanos podrían alcanzar esta tarea de manera mucho más sencilla".

Nicolelis ya sorprendió al mundo hace unos años con sus primeros experimentos con monos. Tras implantar unos electrodos en su córtex motor, su equipo consiguió que los monos movieran un brazo robótico con el pensamiento y lo utilizaran para alimentarse. Su último experimento va un paso más allá y no solo ha conseguido que los monos manejen brazos virtuales sino que perciban sensaciones táctiles mediante la estimulación eléctrica del cerebro. El estudio, publicado en Nature, demuestra que los animales pueden decodificar el sentido del tacto sin necesidad de pasar por la piel y estimulando una zona muy precisa de su corteza somatosensorial. "Algún día", dice Nicolelis, "los pacientes tetrapléjicos se aprovecharán de esta tecnología, no sólo para mover los brazos y las manos y volver a caminar, sino también para sentir la textura de los objetos colocados en sus manos".

¿Demasiado futurista? Pues bien, una semana después de conocer el último estudio de Nicolelis, la Universidad de Pittsburgh acaba de conseguir que un tetrapléjico mueva un brazo robótico con el cerebro gracias a un neuroimplante. Tim Hemmes, de 30 años, se dañó la columna hace siete años en un accidente de moto y quedó paralizado. Ahora un equipo de científicos ha colocado una serie de electrodos en su cerebro y han conseguido que mueva el brazo con su pensamiento y toque la mano de su novia.

La operación, que tuvo lugar en agosto, duró dos horas y consistió en colocar varios electrodos en la superficie del cerebro de Hemmes "tras analizar con muchas pruebas de resonancias funcionales dónde se procesaban las señales para mover el brazo derecho". Después de practicar con el interfaz, al sujeto no le costó demasiado tiempo aprender los rudimentos para mover el aparato robótico con su mente.


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Fuente: Fogonazos.

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