Vega sobre el debate en Méjico en torno a la legalización de las drogas.
Regresa al debate público el tema de legalizar o no las drogas. Comparto aquí algunas ideas muy básicas que me parecen esenciales como punto de partida para la discusión.
1. Debatir es sano, pero hay que hacerlo con argumentos, no desde la moral ni desde el desconocimiento. Con respecto al debate sobre qué hacer con las drogas ilícitas en México, el “creo que…” debe ser sustituido por “la evidencia dice que…”.
2. Abrir el debate no quiere decir nada más que abrir el debate.
3. La discusión sobre despenalización, legalización y otras formas de lidiar jurídicamente con las drogas en una sociedad es una discusión compleja. Desde los medios de comunicación debemos tener cuidado de no reducirla a titulares sensacionalistas que en nada ayudan a la comprensión del tema.
4. Como en cualquier sociedad que se ha debatido el tema, hay que comenzar por reconocer que legalización no significa descontrol, lo que parece ser el miedo de muchos. Por el contrario, al legalizar el Estado tiene la posibilidad de retomar el control de al menos dos aspectos fundamentales para su existencia: territorio y recursos.
En este sentido, legalizar la producción, posesión y comercio de ciertas drogas -principalmente la marihuana- es tomar el control de un mercado en el que ahora poco tenemos que decir y del que sólo recibimos externalidades negativas.
5. Despenalizar las drogas sirve para reducir los costos del Estado (lo que gastan en prisiones o en su sistema de justicia, por ejemplo); legalizar ayuda a reducir los costos que hasta ahora ha pagado la sociedad, principalmente aquellos relacionados con la violencia y las extorsiones.
6. Legalizar liberaría recursos para prevenir los constantes aumentos en el consumo de las drogas. Hasta ahora los presupuestos para prevención y tratamiento son ínfimos.
7. Hay cientos de estudios científicos que validan la idea de que invertir en reducción del consumo, tratamiento y prevención es una política pública sensata y eficiente.
Por otro lado, no existe evidencia alguna de que continuar invirtiendo en prohibir la producción, transporte y consumo de drogas vaya a tener algún resultado positivo... simplemente no hay datos que respalden esta opción.
8. A pesar de que México no está en condiciones de legalizar unilateralmente sin que Estados Unidos se suba al carro, es importante debatir y combatir los mitos que acompañan la discusión internamente.
Además, debemos entender que aunque la legalización no está en la agenda de Estados Unidos a nivel federal, los estados están haciendo mucho para liberalizar sus políticas. El problema fiscal al que los enfrenta la prohibición es enorme. El estado de las cosas está comenzando a cambiar.
9. La legalización no es una decisión de “todo o nada”. Los mercados de las drogas son distintos y debemos distinguir y valorar el daño que le causan a nuestra sociedad de forma individual.
Parte del debate será entrarle a los específicos: qué drogas, bajo qué normas, con qué esquemas, con qué restricciones. ¿Queremos un ejemplo?
Sigamos el debate sobre la propuesta 19 que, de aceptarse en las elecciones de noviembre próximo, hará de California el primer estado en legalizar el uso, la posesión y la venta de marihuana.
En este caso, la legalización de la marihuana iría acompañada de un código civil y criminal consecuente con el objetivo: desmantelar un dañino mercado ilegal.
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