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Legalizar drogas no erradica la violencia: CCSP por Ana Francisca Vega

Vega sobre el debate en Méjico en torno a la legalización de las drogas.



Regresa al debate público el tema de legalizar o no las drogas. Comparto aquí algunas ideas muy básicas que me parecen esenciales como punto de partida para la discusión.

1. Debatir es sano, pero hay que hacerlo con argumentos, no desde la moral ni desde el desconocimiento. Con respecto al debate sobre qué hacer con las drogas ilícitas en México, el “creo que…” debe ser sustituido por “la evidencia dice que…”.

2. Abrir el debate no quiere decir nada más que abrir el debate.

3. La discusión sobre despenalización, legalización y otras formas de lidiar jurídicamente con las drogas en una sociedad es una discusión compleja. Desde los medios de comunicación debemos tener cuidado de no reducirla a titulares sensacionalistas que en nada ayudan a la comprensión del tema.

4. Como en cualquier sociedad que se ha debatido el tema, hay que comenzar por reconocer que legalización no significa descontrol, lo que parece ser el miedo de muchos. Por el contrario, al legalizar el Estado tiene la posibilidad de retomar el control de al menos dos aspectos fundamentales para su existencia: territorio y recursos.

En este sentido, legalizar la producción, posesión y comercio de ciertas drogas -principalmente la marihuana- es tomar el control de un mercado en el que ahora poco tenemos que decir y del que sólo recibimos externalidades negativas.

5. Despenalizar las drogas sirve para reducir los costos del Estado (lo que gastan en prisiones o en su sistema de justicia, por ejemplo); legalizar ayuda a reducir los costos que hasta ahora ha pagado la sociedad, principalmente aquellos relacionados con la violencia y las extorsiones.

6. Legalizar liberaría recursos para prevenir los constantes aumentos en el consumo de las drogas. Hasta ahora los presupuestos para prevención y tratamiento son ínfimos.

7. Hay cientos de estudios científicos que validan la idea de que invertir en reducción del consumo, tratamiento y prevención es una política pública sensata y eficiente.

Por otro lado, no existe evidencia alguna de que continuar invirtiendo en prohibir la producción, transporte y consumo de drogas vaya a tener algún resultado positivo... simplemente no hay datos que respalden esta opción.

8. A pesar de que México no está en condiciones de legalizar unilateralmente sin que Estados Unidos se suba al carro, es importante debatir y combatir los mitos que acompañan la discusión internamente.

Además, debemos entender que aunque la legalización no está en la agenda de Estados Unidos a nivel federal, los estados están haciendo mucho para liberalizar sus políticas. El problema fiscal al que los enfrenta la prohibición es enorme. El estado de las cosas está comenzando a cambiar.

9. La legalización no es una decisión de “todo o nada”. Los mercados de las drogas son distintos y debemos distinguir y valorar el daño que le causan a nuestra sociedad de forma individual.

Parte del debate será entrarle a los específicos: qué drogas, bajo qué normas, con qué esquemas, con qué restricciones. ¿Queremos un ejemplo?

Sigamos el debate sobre la propuesta 19 que, de aceptarse en las elecciones de noviembre próximo, hará de California el primer estado en legalizar el uso, la posesión y la venta de marihuana.

En este caso, la legalización de la marihuana iría acompañada de un código civil y criminal consecuente con el objetivo: desmantelar un dañino mercado ilegal.

¿Quién quiere hacer dinero? por Ana Francisca Vega

Vega sobre el negocio con el cambio climático. Eso es lo único evidente del tema.

No hay pruebas objetivas de que la acción humana esté causando un cambio climático, pero como decía José María García: "El tiempo es ese juez supremo que da y quita razones". Veremos dentro de unas décadas que ha pasado.

Destaco:

El cambio climático –irreversible y científicamente irrefutable– nos garantiza a todos una sola cosa: nada va a ser igual, no podemos seguir haciendo las cosas de la misma manera. En economía, esto significa que ya no habrá business as usual. El nuevo mantra económico, el que ya guía las conciencias y las acciones de algunos de los empresarios más exitosos alrededor del mundo es: Profits, People and Planet. Las tres “P”.



ARTÍCULO:

Formular esa pregunta en una columna de un diario dirigido eminentemente a financieros (as) y empresarios (as) podría parecer tonto. No lo es. Ganar dinero es la preocupación primaria de cualquier empresario, y una de las formas que puede garantizar que esto ocurra es siempre ver hacia el futuro, adelantarse a la tendencia.

Aquí va el primer consejo para todos esos empresarios que le quieran echar una mirada al futuro: el cambio climático es uno de los grandes fenómenos –quizá el más trascendente en términos económicos– que transformarán nuestro mundo y nuestras formas de vida en los próximos años. Las empresas que entiendan que en esta amenaza hay una grandísima oportunidad de negocio serán las que logren sobrevivir el inevitable cambio.

¿Por dónde comenzar? Por qué no tratar de hacerlo aceptando lo evidente: la reducción del bióxido de carbono no es un propósito abstracto.

Las empresas –grandes y pequeñas– pueden combatir el cambio climático identificando sus fugas de energía y procurando un uso eficiente de ésta. Los ahorros que una compañía promedio puede alcanzar con esa simple acción son enormes. IBM, por ejemplo, ha lanzado ya su Project Big Green mediante el cual un negocio cualquiera puede hacer más eficientes sus sistemas computacionales y ahorrar en el proceso algo así como 42% de sus cuentas en energía eléctrica.

¿No es cierto que a todos los empresarios les gustaría dejar de pagar 42% de su consumo energético? ¿No es cierto que una política así es precisamente lo que un buen estratega implementaría en un mundo cada vez más competitivo?

Entonces, primera lección: la energía perdida en sus empresas es dinero tirado a la basura. Hay formas –baratas y eficientes– de promover un uso inteligente de sus recursos. Háganlo.

El segundo (y último, por el momento) consejo sobre el tema: no crean que los cambios pequeños no sirven de nada. Por el contrario: son precisamente ésos, implementados de forma correcta, los que traen los mejores resultados para una empresa que quiere llegar al futuro en forma. Nuevamente: aquí no estamos hablando de potenciales ganancias de largo plazo, sino de beneficios económicos positivos incluso en el corto plazo. “Los que lo han visto se convencen inmediatamente” me dijo Hal Harvey, fundador de la que es quizá la más grande organización filantrópica que financia proyectos de eficiencia energética alrededor del mundo, en una entrevista reciente. “Con que una empresa, por pequeña que sea, contrate unos días a un ingeniero que se dedique a revisar cómo están conectadas las cosas en sus oficinas, almacenes o fábricas y construya un sistema más eficiente en el uso de la energía, las compañías verán en su siguiente recibo eléctrico que la pequeña inversión valió la pena”.

El cambio climático –irreversible y científicamente irrefutable– nos garantiza a todos una sola cosa: nada va a ser igual, no podemos seguir haciendo las cosas de la misma manera. En economía, esto significa que ya no habrá business as usual. El nuevo mantra económico, el que ya guía las conciencias y las acciones de algunos de los empresarios más exitosos alrededor del mundo es: Profits, People and Planet. Las tres “P”.

Repito: ¿Quién quiere hacer dinero?