¿Todo por la patria? por Javier Nart

Artículo de Javier Nart sobre el engaño de la política y la reflexión que debemos hacer para descubrir la realidad, y no lo que nos quieren hacer ver.

Destaco:

Es necesario que en este país (¿Cataluña, España-Estado Español o planeta planetario?) seamos capaces de serenar el ánimo, hacer funcionar las células grises, recuperar el sentido crítico y bajarnos del propio campanario para meditar seriamente dónde estamos y hacia dónde nos dirigimos.



ARTÍCULO:

Hace unos años en el Parlamento de Cataluña se armó el Belén por la mención del entonces presidente de la Generalitat, Pascual Maragall, denunciando que el problema de Convergencia se llamaba 3 por ciento.

Escandalizado, el líder convergente amenazó con la ruptura del consenso sobre el Estatut si no se retiraban esas palabras.

Ambos próceres se equivocaban. No era el 3 por ciento sino el 4 por ciento.

Porque el caso Palau ha puesto al descubierto la pestilencia del llamado "oasis catalán".

Y así, el dignísimo señor Millet participaba en espléndidos ménages à quatre donde las constructoras beneficiables de contratación pública entregaban generosas subvenciones (4 por ciento) al Palau que, acto seguido, transfería un 2,5 por ciento a la fundación de Convergencia (el resto correspondía a "gastos de gestión").

Y también aparecen cartas en las que proponía (ahora en ménage à trois) a otra empresa "pasar por caja" a fin de acrecentar su "imagen de catalanidad" para lo que un periodista "de cámara" le entrevistaría en un diario de Cataluña.

Y toda esa cloaca, oculta tras el manto de la patria.

¿Recuerdan ustedes cuando Jordi Pujol tocó a rebato a la ciudadanía convocando manifestaciones por el nefando crimen de que la Justicia actuara en el caso de Banca Catalana?

¿Hasta cuándo?

Es necesario que en este país (¿Cataluña, España-Estado Español o planeta planetario?) seamos capaces de serenar el ánimo, hacer funcionar las células grises, recuperar el sentido crítico y bajarnos del propio campanario para meditar seriamente dónde estamos y hacia dónde nos dirigimos.

Quiero decir dónde nos ubican y hacia dónde nos empujan.

Y establecer que, más allá de las tripas, se encuentra el incómodo ejercicio de pensar por nosotros mismos.

Y no dejarnos manipular por la bandera, abrazando hipócritamente la cartera. Con el Estatuto violado como alfombra bajo la que esconder tanta miseria moral.

Javier Nart, abogado.

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