MIAMI, Florida, 19 de octubre, (Redacción, www.cubanet.org).-Antonio G. Rodiles es –a juzgar por su imagen- un joven formal que a veces usa cuello y corbata para determinados actos públicos, como se deja ver en la portada de un video clip donde aparecen otros de su generación en la campaña Por otra Cuba.
También es un líder de opinión que desde la sapiencia académica está enfocando los aires de cambios hacia una transición pacífica y sin rencores; desde la responsabilidad que obligatoriamente debe tener un sector activo de la sociedad no mayor de 30 años, un sector poco contaminado con el miedo a la expresión libre inducido durante décadas por la dictadura.
Su espacio de reflexión, denominado Estado de Sats, como plataforma se mueve mucho más allá del panel temático para integrarse con la creación artística contestataria correspondiente a su tiempo, como mismo hicieron en su momento otros creadores igualmente vanguardistas que terminaron en el exilio. Pero el tiempo de Rodiles es además el de la comunicación rápida vía Twitter o Facebook, el del agotamiento más que evidente del castrismo y el de posicionamientos de los estratos de la sociedad de cara a una Cuba democrática, aunque primero haya que vivir un período de transición.
En eso parece que están de acuerdo Rodiles, la bloguera Yoani Sánchez y muchos artistas jóvenes que van quedando en la isla, cuya opinión es que Cuba está cambiando desde abajo; esto quiere decir desde la sociedad civil.
La campaña Por otra Cuba, promovida entre otros por Rodiles, anuncia conciertos de música reivindicativos, pero la policía política los tiene muy vigilados y trata de intimidarlos.
En entrevista telefónica con CUBANET, este activo disidente (sin miedo a la palabra, que significa disentir) dijo que la situación interna en la isla es extremadamente difícil, de máxima convulsión social. Manifestó interés con los recientes cambios migratorios implementados por el gobierno de Raúl Castro, pero “hay que ver las medidas cómo se desarrollan en la práctica”, puntualizó.
“Por ejemplo, cuando se introdujeron los cambios que en un principio beneficiarían al negocio privado, la gente estuvo muy contenta, y a la vuelta del tiempo las cafeterías están cerradas y las tiendas de textiles solo venden ropa de segunda mano”.
“Con respecto a la nueva ley migratoria, o al retoque de la anterior, todo parece indicar que se trata de un éxodo legal para no perder profesionales. Hay que tener en cuenta que, solo desde el año 1994, existe un éxodo mantenido de unos 40 mil cubanos al año, y esa cifra alarma a cualquier país del mundo, mucho más al nuestro que es un país pequeño”, reflexionó Rodiles.
“Pero mi perspectiva es positiva”, dijo al final de la conversación.
Correcto, sosegado y preciso con las palabras, Rodiles se empeña en un acercamiento entre las dos Cuba, la del exilio y la de adentro, porque, en definitiva, la nación es la misma. La limpieza de su discurso muestra esa claridad del pensamiento que tanto detesta el régimen. Pero siempre hay intelectuales capaces de deslindar el Estado de la Nación.
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