LA HABANA, Cuba, mayo, www.cubanet.org – Acostado en la cama de cemento del primer calabozo de la 3ª Estación de policía en Santiago de Cuba, recordaba las palabras del Teniente Coronel Tamayo unos minutos antes. A José Daniel Ferrer García, no se le permitirían más libertades. Yo, como un detenido más, estaba sentado en una silla, sin medias, cinto, ni cordones de mis zapatillas, frente a una ventana que ocultaba la cara del oficial. Escuché las estudiadas palabras del funcionario. Horas después fui deportado de Santiago.
Unos días después, el 2 de abril, José Daniel fue asaltado por turbas de la policía política, que allanaron su casa, rompiendo objetos y robando. Él y su esposa, Belkis Castillo, fueron llevados al cuartel general de la policía política en Versalles, Santiago de Cuba, luego de ser golpeados brutalmente al igual que familiares, amigos y personas que se encontraban accidentalmente cerca.
¿Por qué tanta violencia contra un ciudadano que hasta uno de los carceleros que tuve en Santiago admira?
Un domingo de principios de este año, Ferrer García accedió a mi invitación para almorzar con mi familia. Desenvuelto, conversador, carismático. Narró historias de su familia, su infancia, su hermano, la cárcel, la presencia de Dios. Como mi familia es atea, mis hijos, sorprendidos, estuvieron encantados de que José Daniel bendijera el almuerzo, con las manos tomadas y palabras sabias. Luego de levantarse la mesa aun quedamos otro par de horas conversando sobre el futuro de Cuba y la proyección estratégica de la Unión Patriótica Cubana (UPACU).
El 29 de abril José Daniel fue liberado, luego de 26 días de arresto y regresó a su casa con su familia. Hablé con él ese mismo domingo y lo noté fuerte, seguro, concentrado. Los fiscales e interrogadores tampoco pudieron vencerle en esta nueva oportunidad. El Mayor de la policía política y Jefe de la misma en la provincia Santiago de Cuba, Yudorkis Ortiz, creó otro problema donde debió encontrar una solución. El retenido sale ahora con más fuerza, liderazgo y capacidad de convocatoria en los insurrectos territorios orientales.
Preocupado o de mal carácter, nunca nadie lo sabe bien, el General de División Carlos Fernández Gondín, Vice ministro Primero del Ministerio del Interior y Jefe de la Seguridad del Estado, tomó la decisión de liberar a José Daniel Ferrer García, sin juicio y con la amenaza de la posibilidad de enviarlo de nuevo a las mazmorras.
Fernández Gondín, fue jefe de la contrainteligencia del ejército. Asumió el vice ministerio del Interior y la Seguridad del Estado, para el fusilamiento del General Ochoa y el asesinato de Abrahantes. Pero los tiempos han cambiado. Fidel Castro ya no está en el poder y a su hermano Raúl, no le interesan mucho los asuntos que se salgan de su discreta agenda. Y Fernández Gondín, tiene que hacerse cargo a sus 74 años de las decisiones que tome sobre el comportamiento del Estado y las libertades que asuman los fiscales y jueces, también presionados por los difíciles tiempos que corren.
El enfrentamiento Ferrer García vs Fernández Gondín, es además del enfrentamiento entre dos hombres, la lucha entre lo nuevo y lo viejo, la democracia y la dictadura, lo bueno y lo malo, lo nuevo y lo viejo. Y estas disputas, a la larga todos sabemos cómo terminan.
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