Las razones por las que un hecho llega a noticia son extraordinariamente misteriosas, mucho más complejas de lo que parece. De ahí el fracaso de tantos intentos de sistematización. Una noticia, especialmente una noticia menor, puede llegar a los periódicos por caminos realmente extravagantes. Para muestra el botón del periódico. Hoy aparece en la sección de Internacional:
Filipinas
Un guatemalteco, herido grave en un crucero a la deriva incendiado
Veamos.
1. Filipinas
2. De Guatemala
3. Cuatro heridos
Una noticia para los diarios del estado de Sabah. (Que por si fuera poca juerga, y por boca de la naviera, niegan que haya heridos). Es probable que el hecho diera también para una inserción moderada en algún periódico de Guatemala.
¿Pero en Guatepeor, por qué?
¿No hubo ayer aquí ningún herido grave, por ejemplo, e incluso algún muerto, en algún accidente de tráfico, por ejemplo, que no goza del beneficio del titular?
¿Por qué, por qué?
Pues solo, estrictamente, porque hace algunos meses los periódicos de medio mundo informaron sobre el grave accidente del Costa Concordia. ¡Solo por eso, piénsese!
Y algo más: en un primer momento, cuenta el periódico, se creyó que el guatemalteco era español. La noticia incopora así su fósil inesperado, causa añadida.
Y por último: domingo de Ramos.
El periodismo, qué vachaché.
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