Desde el principio de esta crisis he explicado que los gobiernos NO deberían ayudar con dinero público a los bancos que habían hecho las cosas mal. Mis recomendaciones nunca fueron oídas. ¿El argumento?: si no se ayuda a los bancos, habrá una catástrofe financiera que "hundirá toda la economía".
La Eurozona ha hecho piruetas fiscales para evitar la quiebra de los países con problemas (Grecia, Italia, Portugal, Irlanda y España) con el argumento de que una quiebra causaría una catástrofe en el sistema financiero y una catástrofe financiera "hundirá toda la economía".
Lo dije entonces y lo vuelvo a repetir: Por más que se diga que si algunos bancos quiebran habrá una catástrofe inimaginable, la razón por la que se ayuda al sector bancario (y el sector automovilístico) y no se hace lo mismo con restaurantes, supermercados o todos los otros sectores que pierden infinidad de dinero y de puestos de trabajo, es pura y simplemente que TIENEN UN ENORME PODER POLÍTICO.
En este artículo, uno de los líderes intelectuales de la teoría de la economía política, Daron Acemoglu, lo confirma.
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