El lunes 17 de febrero de 1997, ETA asesinaba en el barrio bilbaíno de Santutxu al policía nacional MODESTO RICO PASARÍN.
Modesto murió al estallar una bomba colocada en el interior de su coche, bajo el asiento del conductor. Su cuerpo salió despedido y fue a chocar contra un muro de un colegio situado a varios metros de distancia. La imagen del cuerpo del policía destrozado sobre la acera provocó escenas de pánico y conmoción.
La explosión se produjo minutos antes de las 9:00 horas, a pocos metros de ese centro escolar en el que estudiaban 1.800 alumnos, por lo que a esa hora el lugar era muy transitado por escolares. Minutos antes, dos autobuses de estudiantes habían partido de las inmediaciones del lugar del atentado para realizar una excursión. Otro vehículo con escolares debía estacionar en el mismo lugar procedente de un barrio cercano. Varios edificios, entre ellos el colegio, se vieron afectados por la onda expansiva, que provocó la rotura de numerosos cristales en las ventanas.
Este atentado tenía una singularidad: la bomba estaba colocada dentro del coche, lo que dificultaba su detección. Modesto Rico arrancó su vehículo en un patio situado junto al portal de su casa, en la plaza Santiago Lasalle, que es utilizado como aparcamiento. El turismo tan sólo se había desplazado unos 25 metros, hasta una bocacalle que da acceso a la travesía Menéndez y Pelayo cuando, al descender desde la acera a la calzada, la bomba estalló. El sistema de activación de la bomba, que contenía de tres a cinco kilos de explosivo, estaba formado por una ampolla de mercurio dotada de dos polos.
El atentado de Modesto ponía fin a un periodo de 25 meses sin víctimas mortales de ETA en Vizcaya, desde que los terroristas asesinaron en enero de 1995 al policía nacional Rafael Leiva Loroe hirieron gravemente a Domingo Durán Díez, que sobrevivió tetrapléjico hasta marzo de 2003. Pero Modesto era la cuarta víctima mortal de una espiral de violencia que había provocado tres asesinatos fuera de Vizcaya la semana anterior: el del magistrado Rafael Martínez Emperador en Madrid, el del peluquero de la base aérea de Armilla en Granada, Domingo Puente Martín, y el del empresario Patxi Arratíbel Fuentes, mediador en el pago del secuestro de Emiliano Revilla, en Tolosa.
En el año 2000 fue condenado el etarra Pedro del Hoyo Hernández (natural de Badajoz y captado por ETA en 1995) a 30 años de prisión por realizar labores de recopilación de información y de vigilancia sobre la víctima, lo que permitió que otros miembros de la banda pudieran colocar la bomba en el coche de Modesto.
Modesto Rico Pasarín era natural de Baracaldo (Vizcaya) y llevaba varios años residiendo en Santutxu. Tenía 33 años y se había casado muy poco tiempo antes de su asesinato. No tenía hijos. Su mujer tuvo que ser trasladada al Hospital de Basurto cuando supo qué había pasado víctima de un ataque de nervios. Modesto ingresó en el Cuerpo Nacional de Policía en 1989 y fue destinado a la Jefatura Superior de Policía de Bilbao. En el momento de su asesinato desarrollaba su trabajo en la Audiencia Provincial de Vizcaya.
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