ATHIES-SOUS-LAON, Francia, diciembre, www.cubanet.org -El discurso de Raúl Castro el 23 de diciembre de 2011 ante su « Asamblea Nacional » ha resumido el terror en que vive el régimen.
El general-presidente se la cogió con los matarifes de reses, y dijo que « erradicaría definitivamente el cuatrerismo de los campos de Cuba » lo cual me hace pensar en la pobre gente (muchas veces, cubanos de raza negra ) que viven entre Jabaquito y el central Mabay allá en Bayamo. Ellos no tienen familias en Estados Unidos que les manden dinero y como viven en la miseria y sin perspectivas, ¿qué remedio les queda ?.
Pues bien, el general – presidente dice que ahora sí se les acabó la gracia de matar vacas en los potreros, aunque es de suponer que tanta firmeza regia ha de provocar carcajadas en los campos de Cuba porque a menos que atribuyan a cada vaca su guardia armado, no veo cómo el glorioso gobierno revolucionario pondrá coto a tan vital necesidad de esa gente que, además, sabe que la princesa Mariela sí puede comer carne de res cuando le dé la gana. Los habitantes de Jabaquito no pueden comer carne de res (ni de yegua ) pero la princesa sí.
En lo que toca a la alevosa y nunca vista « reforma migratoria », todos sabíamos que no era posible porque la política liberticida del « Mal Absoluto » y de su hermano Raúl de prohibir que los cubanos vayan sin yugo por el mundo, es un pilar constitutivo del régimen.
Ellos no pueden permitir hoy que una Yoanis Sánchez o que un Payá salgan y regresen a Cuba libremente porque automáticamente se crearía una dinámica que escaparía al control de los servicios del Estado.
Raúl hubiese podido dar el pecho y aceptar el reto político pero parece que a sus 80 años de edad, él no está para aventuras y prefiere mantener el control restrictivo de la política migratoria. Raúl teme.
Sin el respeto riguroso de ese dogma, en muy poco tiempo el régimen perdería el control omnímodo sobre la gente aunque bien sabido es que, Roma mediante, con un par de cónclaves y dos o tres apaciguamientos, Raúl y su séquito terminarían sus días « cristianamente » en sus respectivas camas. En efecto, hay democracias amargas pero eso vendrá al final….( bibil pol bel)
De Libia, Raúl no quiso hablar directamente pero se le veía que pensaba con fuerza en ella.
Fidel y Raúl nunca pudieron imaginar que la dictadura libia tuviera un final tan sangriento.
Eso fue un choque traumático que seguramente hoy han incluido en sus planes y tienen razón, Cuba pasará inevitablemente por un momento de « masa crítica » en el que la intervención extranjera está dentro de lo probable. La imagen del tirano libio, vejado y asesinado a sangre fría es algo que trae prudencia de lobo estepario a todos los jacobinos que otrora, en Cuba, hicieron galas de un arrebatado fundamentalismo bolchevique.
Raúl Castro y su tropa no cambiarán jamás y para ello seguirán apabullando al pueblo.
Bajo el castrismo, los cubanos nunca vivirán libres.
Aquí, el discurso :
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