Los recursos son escasos por Juan Morillo Bentué


La mayoría de los errores en los campos de la economía y la política se explica por la falta de comprensión del problema fundamental de la economía y de la existencia humana: la escasez.


Es habitual ver a la clase política, a los medios de comunicación e incluso a catedráticos de economía apoyar mensajes y teorías intervencionistas que prometen eliminar la escasez de algún recurso de forma mágica, a base de buenas intenciones. Son comunes eslóganes como "Haremos que todo el mundo tenga una vivienda" o "Sanidad gratis para todos".

Las regulaciones e intervenciones públicas, que generan inseguridad jurídica, pobreza, paro y crisis económicas, se explican por esa falta de entendimiento de qué sea la escasez, por lo que difícilmente se sabrá luchar contra ella.

Con respecto a la escasez podríamos decir, parafraseando a Goethe, que todos la viven pero nadie la entiende. Y es que si hay algo cierto, además de la muerte y los impuestos, es que vivimos en un mundo de recursos escasos. La escasez afecta a los bienes, al tiempo, a la energía..., y es un problema que se ha presentado en todas las etapas de la humanidad.

Ciertamente, no estaría mal vivir en el Jardín del Edén, como Adán y Eva, contemplando el árbol de la ciencia del bien y del mal y el árbol de la vida. Recién creados por Dios, que nos entregaría todo aquello que necesitásemos para nuestro gozo, sustento y placer. Nada nos faltaría. Todos los bienes serían superabundantes. Serían bienes libres: habría en tal abundancia, que no sería preciso administrarlos.
Pero hasta que el tiempo se haya cumplido y estemos en el Reino de Dios, la realidad será la que es. Una realidad de bienes escasos, de bieneseconómicos.

Aparte de nuestra experiencia diaria, la lógica de la acción nos lleva a deducir que los medios han de ser forzosamente escasos: si no lo fueran, no los tendríamos en cuenta a la hora de actuar. Allí donde no hay escasez no hay acción humana. Toda acción humana presupone la escasez.
Los medios son, por definición, insuficientes para la satisfacción de todas nuestras necesidades. Los bienes que el individuo cree necesarios para alcanzar un fin son bienes económicos. Son éstos los que constituyen el fundamento de la acción, y únicamente de ellos se ocupa la economía.


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