Artículo de Martin Peers sobre Amazon.com, el Kindle y sobre los libros electrónicos.
Destaco:
Como el consejero delgado de Amazon, Jeff Bezos, explicaba en mayo, el Kindle sería atractivo para los “lectores serios”, que según sugería podría ser el 10% de la población. Esto se traduce en casi 30 millones de personas sólo en EEUU.
Pero Amazon también afronta una competencia cada vez mayor. Sobre todo de Apple. Su iPad, pese a ser más caro, ofrece muchas más funciones que un simple libro electrónico, y hay quienes podrían considerar su uso más sencillo que el del Kindle. Hasta junio de este año, se habían vendido 3,3 millones de iPad.
Las guerras de precios pueden reducir el apetito de los inversores por las empresas. Puede que Amazon siga el único camino que tiene abierto, pero sigue corriendo el riesgo de asustar a los que no confían en el compromiso de la empresa con el balance final.
ARTÍCULO:
Algo debe cocerse en Amazon.com, dado su compromiso con los recortes de costes sin importar los daños a corto plazo.
La decisión del minorista de introducir un nuevo Kindle más barato sólo unas semanas después de rebajar el precio de la versión actual del dispositivo, confirma que Amazon piensa en el largo plazo al intentar aumentar su cuota en un mercado –en esta ocasión, el de los libros electrónicos–. Hace sólo una semana, Amazon sorprendió a Wall Street con unos márgenes operativos para el segundo trimestre menores a lo previsto, como consecuencia del aumento de las inversiones en sus negocios, incluidos los costes de márketing para el Kindle.
Con un precio de 139 dólares (106 euros), el nuevo equipo cuesta un tercio del Kindle original y casi la mitad de lo que se pagaba hace sólo cinco semanas la segunda versión. El agresivo nuevo precio debería atraer a más personas. Eso no quiere decir que el Kindle se convierta en un “producto de masas”, como sugiere Amazon; no es más probable que un lector ocasional de libros pague 139 dólares por el dispositivo que 259 dólares, pero eso no tiene por qué suponer un problema.
Como el consejero delgado de Amazon, Jeff Bezos, explicaba en mayo, el Kindle sería atractivo para los “lectores serios”, que según sugería podría ser el 10% de la población. Esto se traduce en casi 30 millones de personas sólo en EEUU.
Hay que admitir que es posible que muchos de ellos sean más ávidos lectores que compradores, y que pidan prestados los libros a amigos o los cojan de las bibliotecas. Incluso así, el Kindle dispone de margen de expansión. Youssef Squali, analista de Jefferies & Co., calcula que a fecha del 30 de junio, Amazon había vendido entre 3,5 y 4 millones de Kindle.
Pero Amazon también afronta una competencia cada vez mayor. Sobre todo de Apple. Su iPad, pese a ser más caro, ofrece muchas más funciones que un simple libro electrónico, y hay quienes podrían considerar su uso más sencillo que el del Kindle. Hasta junio de este año, se habían vendido 3,3 millones de iPad.
Amazon ha garantizado con buen criterio que los libros para el Kindle también podrán adquirirse y leerse en el iPad. Pero existe el riesgo de que los usuarios del iPad, incluso los que compren libros para el Kindle, opten en alguna ocasión por la tienda iBooks de Apple. La compañía de la manzana ya ha igualado el terreno de juego con Amazon en relación al precio de los libros electrónicos, tras alcanzar acuerdos con la mayoría de las grandes editoriales que obligaron a Amazon a subir el precio de sus best-seller electrónicos. Amazon sigue teniendo ventaja en lo referente al catálogo de libros, pero es probable que esta se reduzca.
No puede ignorarse a otros rivales como el Nook, de Barnes & Noble.
El recorte de costes de Amazon no será barato. La empresa aseguró el año pasado que los costes de fabricación del Kindle eran “significativamente más altos” que los 185 dólares apuntados por iSupply. Los costes se habrán reducido probablemente desde entonces, y al no ofrecer acceso a la red móvil también se abarata el precio. Sin embargo, sigue siendo probable que la compañía pierda dinero al vender cada unidad a 139 dólares. Algo positivo de la amenaza de Apple es que las subidas forzadas de los precios de los libros electrónicos deberían haber mejorado los márgenes de Amazon en este apartado.
Las guerras de precios pueden reducir el apetito de los inversores por las empresas. Puede que Amazon siga el único camino que tiene abierto, pero sigue corriendo el riesgo de asustar a los que no confían en el compromiso de la empresa con el balance final.
Lea el artículo original publicado en The Wall Street Journal Europe The High Cost of Amazon's Cheap Kindle
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