Todas las mañanas me paso un rato admirando a los sirios que están en las calles tratando de derrocar al asesino Assad. Después, dedico otro rato a repetir el siguiente mantra: qué cobardes somos los cubanos qué sumisos somos los cubanos qué gallinas somos los cubanos qué pendejos somos los cubanos qué cagados somos los cubanos qué mierdas somos los cubanos.
A los sirios en las calles les disparan hasta con tanques. Cientos han muerto, miles han desaparecido, pero ellos siguen en las calles. Enfrentándose a los esbirros del gobierno. Es una lástima que no tengan armas. Porque van desarmados los rebeldes sirios. Qué valientes los sirios.
Y qué cobardes los cubanos. Lo que está de moda en ese corral es la “no violencia”. Ahora todos son pacifistas. Que es muy conveniente cuando eres un cabrón cobarde. Cuba no es un país es un basurero lleno de mierdecillas y zopencos envilecidos por el miedo y la cobardía hasta un punto de no retorno.
Llevo cincuenta años oyendo ¡los jóvenes!, los jóvenes cubanos se rebelarán. Pero los jóvenes cubanos son más corderos que sus padres corderos y lo único que hacen es mover el culo y hablar de la no violencia, de la Paz.
¿Qué es la juventud cubana? Una dócil manada que de gratis, o por un poco de aceite y jabón, propina palizas a los pocos que se atreven a no comportarse como mierdecillas y zopencos.
La no violencia en la Cuba de los Castro es el mejor invento de la policía de los Castro. Y es, naturalmente, la música preferida de la cobarde y sumisa chusma que habita la isla.
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