Ismaida Baró Martínez, -vecina de calle Lira, # 64, entre Mestre y Saco, reparto La Lira, Arroyo Naranjo, La Habana-, denuncia que su hijo Eduardo Echevarría Baró, fue víctima de una fuerte golpiza propinada por oficiales de la Policía Nacional Revolucionaria en su propia vivienda.
Declara Ismaida que su hijo, de 21 años, “había tenido una discusión con un vecino y este lo acusó con la policía por una supuesta amenaza, después llegaron varios uniformados con una citación para el día 2 de mayo, debía presentarse a las 3.30 de la tarde, pero en el momento que ellos llegan con el citatorio correspondía con la misma fecha y la misma hora, mi hijo no lo sabía, él les dijo que dejaran el papel conmigo porque estaba en el techo con las palomas, esto provocó la ira de los policías quienes subieron y lo bajaron a golpes, piñazos y patadas, mi hijo nunca había tenido problemas con la policía, no tiene antecedentes penales, estudia y trabaja”.
Continúa Ismaida, “Cuando mi hijo siente que un policía lo está estrangulando, grita pidiendo auxilio y un amiguito de la cuadra viene en su ayuda y logra liberarse del oficial, Eduardo corre por el miedo y la policía se lleva detenido al amigo, horas después mi hijo se presenta a la estación de la policía del Capri convencido de que no ha cometido ningún delito. Un oficial me dijo que él no iba a tener problemas y me mintió, lo acusan de la supuesta amenaza a mi vecino y ahora lo quieren procesar por atentado, son unos abusadores, quieren acabar con la juventud y más si son negros”.
“El amiguito de Eduardo fue liberado con una fianza de 1000 pesos, me dijo que a Eduardo lo tienen incomunicado porque está hinchado por los golpes y tiene una lesión infestada en un brazo, me comunico también que no le están dando la comida porque la estaban echando al sancocho de los cerdos, yo tengo miedo que a mi hijo le pase algo y por eso acuso a la policía y los responsabilizo de la salud física y sicológica de mi hijo Eduardo, tampoco me voy a callar, mi hijo es inocente y ni siquiera me dejan verlo como si fuera un asesino o un ladrón. Yo le pido ayuda a los derechos humanos para que intercedan por mi hijo porque tengo mucho miedo que le sigan dando golpes y se me muera”, concluyó Ismaida.
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