Fuente: Libertad Digital
A las tres menos cuarto del jueves 19 de abril de 1995, el policía nacional EDUARDO LÓPEZ MORENO fallecía en Endarlaza (Navarra) al estallarle una bomba-trampa compuesta por cinco kilos de amerital.
El artefacto lo había colocado la banda terrorista ETA en la planta baja de la antigua casa cuartel de la Guardia Civil en esa localidad navarra. La banda terrorista pretendía atentar contra las patrullas de guardias civiles que periódicamente acudían a inspeccionar el edificio abandonado. La vieja casa cuartel estaba junto en el límite fronterizo con Guipúzcoa, y al borde del río Bidasoa.
El agente había acudido solo a inspeccionar el edificio abandonado. El motivo por el que Eduardo acudió allí nunca se llegó a saber con exactitud. Su viuda afirmó que Eduardo había ido al río Bidasoa a pescar y, posiblemente, entró en el inmueble al observar a alguien o algo sospechoso. Otras fuentes reprodujeron la interpretación de un compañero de la víctima, que manifestó que López Moreno le había comentado que, al hallarse fuera de servicio, iba a dirigirse a la casa cuartel para buscar cerraduras que pudiera luego utilizar y, de paso, echar un vistazo.
Sea como fuere, la bomba trampa dejada por ETA en el cuartel, abandonado y en desuso desde hacía dos años, estalló a las 15:30 horas alcanzando de lleno al policía nacional, que murió en el acto. Una patrulla de la Guardia Civil, que acababa de pasar al lado del cuartel, oyó la explosión y volvió para ver qué había ocurrido. Allí se encontraron el cuerpo destrozado de Eduardo y, en la puerta del edificio, el vehículo de su propiedad.
El examen realizado por los Gedex (Grupo Especialista en Desactivación de Explosivos) de la Guardia Civil permitió hallar un temporizador de sesenta minutos de la marca francesa Coupatan, utilizado habitualmente por ETA.
Vecinos y conocidos de Eduardo López Moreno calificaron a su familia de "gente sencilla, simpática y educada". Una vecina del edificio donde vivía aseguró que "tenía mucha relación con la gente del pueblo lo cual no es habitual entre los policías".
Eduardo López Moreno, de 38 años, era de Montilla (Córdoba), donde fue enterrado. Vivía en Vera de Bidasoa desde quince años antes de ser asesinado y estaba destinado en el puesto de la localidad navarra de Echalar. Estaba casado y tenía tres hijos, de 18, 15 y 10 años. Su funeral se celebró al día siguiente en el cuartel de la Policía de la localidad navarra de Beloso con la presencia del director general de la Policía Nacional, Ángel Olivares, y de diversas autoridades navarras.
El mismo día por la mañana, en torno a las 8:05 horas, ETA atentó contra el entonces líder de la oposición y presidente del Partido Popular, José María Aznar. A consecuencia del atentado, quedó gravemente herida Margarita González Mansilla, sepultada debajo de su vivienda a escasos metros del lugar donde explotó el coche-bomba, en la calle José Silva de Madrid. Margarita estuvo en coma hasta su fallecimiento el 22 de julio. En el atentado resultaron heridas además una veintena de personas que sufrieron quemaduras y traumatismos de diversa consideración, entre ellas el líder del PP, aunque éste de carácter leve.
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