El área de hielo en el Mar de Bering, en el norte del Pacífico, entre Siberia y Alaska, ha marcado estos días un récord absoluto desde que existen mediciones totales, desde 1979. El área* de hielo ha llegado casi al millón de kilómetros cuadrados, dos veces la superficie de España. Desgraciadamente este invierno el hielo se adelantó y entorpeció la navegación. El hielo invernal fue tempranero y ha llegado estos días pasados a un máximo. Además no hay una tendencia en estos últimos años a que la situación mejore, a que haya menos hielo y pueda durar más la posibilidad de la navegación y la temporada de pesca.
Como se deduce de la gráfica, el Mar de Bering pierde todo su hielo en verano y se vuelve a congelar en invierno. En los meses sin hielo es posible la navegación por el estrecho del mismo nombre y la práctica de una pesca muy abundante. Mil millones de dólares de producto los americanos y 600 millones los rusos. Salmones y cangrejos.
El contraste con lo que ocurre estos años en la zona noruego-rusa del Ártico, concretamente en el Mar de Barents, en donde el área congelada, por fortuna, tiende a disminuir, hace pensar que las corrientes marinas y los vientos tienen una influencia importante en la extensión del hielo ártico. Más que el CO2, que aumenta lo mismo en todas partes.
En cuanto a los osos polares, en el archipiélago de las Svalbard, en el Mar de Barents, hay más de 3.000 y ese número no decrece sino que aumenta, gracias a que desde 1970 está prohibida su caza. Entonces había solamente unos 1.000. Ahora, paradójicamente, las autoridades obligan a salir de excursión con escopeta, por si acaso. Este pasado verano un oso mató a un estudiante inglés de 17 años. El periódico Guardian disculpaba al oso argumentando que al haber menos hielo por el cambio climático se habría vuelto torpe cazando focas. No sé qué opinarían las focas ...
* se contabiliza como área de hielo toda zona que tenga más de un 15 % de superficie congelada.
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