“Ningún poder en la tierra podrá arrancarte lo que has vivido.” Viktor Frankl
50 soluciones a la paradoja de Fermi (41ª solución): La tectónica de placas de la Tierra es única. Sergio L. Palacios
Nuestro planeta se comporta de forma destructiva constantemente: terremotos, huracanes, inundaciones, etc. Parece, pues, extraño que algunos geólogos piensen que la existencia de un fenómeno como la tectónica de placas debe ser necesario para la existencia de vida compleja. Pero, de hecho, existe una razón seria para creer que puede existir una relación íntima entre la vida, los océanos y la tectónica de placas. Y esta relación puede ser única en un planeta como el nuestro, la Tierra.
Los distintos planetas del sistema solar presentan diferentes formas de disipar su calor interno. En el caso de nuestro planeta, este calor se genera por decaimiento radiactivo y se transporta mediante convección. Así, cerca de una cresta oceánica, el material fundido del interior del manto es llevado a la superficie a lo largo de una celda de convección, extendiéndose y enfriándose mientras se solidifica en la corteza oceánica. A lo largo de escalas de tiempo geológicas el nuevo material flota sobre el manto caliente, alejándose del lugar donde surgió. Durante este proceso se enfrían y acumulan masas de roca ígnea. El material se hace más pesado y tras decenas de millones de años vuelve a hundirse profundamente en el manto, en unos lugares denominados zonas de subducción. Luego, el ciclo se repite.
Algunos científicos piensan que la tectónica de placas puede ser el requerimiento más importante en el desarrollo de la vida animal. Veamos algunas de las razones esgrimidas por estos científicos.
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