La belleza que tapa a la muerte. Arcadi Espada



La belleza es un asunto peligroso. El periódico traía ayer algo que no había visto sobre el 11 de septiembre: los descartes de la secuencia fotográfica de aquel famoso cuerpo cayendo de una de las torres gemelas. Un cuerpo que, extrañamente, aún no ha sido identificado. Los descartes mostraban lo previsible: que el fotógrafo, Richard Drew, eligió la foto más bella y desechó otras donde el cuerpo descompone intolerablemente la figura. Tan bella, la elegida, a diferencia de las otras, que el cuerpo no parecía ir hacia la muerte. El mismo día, por esos azares asociados que tanto me gustan, el diario El País incluía, para ilustrar una promoción, la famosa foto del saltador olímpico frente a las torres de la Sagrada Familia. No he visto esos descartes, pero es probable que el fotógrafo, Joan Sánchez, eligiera también la más bella. 

Me impresionó la igualdad de trato.
Me impresionó constatar, una vez más, que también a la hora de la muerte, el periodismo prefiera la belleza a la verdad. Y aún más me impresionó que yo mismo, al dejar las dos fotos secamente encaradas una a la otra, sin más texto ni explicación ninguna, esos chafarriñones, eligiera también. ¡La belleza ante todo!

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