Obra maestra total y absoluta de Ernst Lubitsch, es perfecta. Todo encaja, nada sobra, las bromas funcionan en el momento de formularlas y sirven de base para la acción posterior. Las distintas historias de la película se van cerrando con precisión y maestría. Todo lo que se inicia aparece más adelante, para acabar de cerrar el círculo. Todos los actores están soberbios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario