El libro de poemas de García-Máiquez contiene unas cuantas perlas que recordaré toda mi vida. Una de ellas es el poema que reproduzco y cuyos dos últimos versos dan sentido a la vida. La bella edición del libro ayuda a que la lectura sea aún más placentera.
"Dentro de muchos años, hija":
HABRÁ una tarde triste
-no sé por qué se espera
siempre a las tardes tristes
para cuadrar las cuentas-
en que hagas el balance
de una larga existencia.
Te estoy viendo ordenando
las sucesivas penas
y las satisfacciones
en dos hondas hileras.
¡Y no podré advertirte
(no estaré) que una pena
no vale la mitad
de cualquier dicha! Echa
con cuidado tus números
y, antes de hacer la resta,
no dejes de apuntar
lo que tú no recuerdas.
Que nos diste naciendo
la alegría perfecta.
Actualización (21-02-2021):
Desacertadamente escribí apuntalar en lugar de apuntar y el autor me ha corregido cariñosamente en Twitter: "Ojo, que el primer verso de la última estrofa es "apuntar", no apuntalar. Aunque es una errata bien tirada porque de lo que se trata es de apuntalar la alegría."