Convéncete primero de que le caes simpático,
de que lo pasa bien cuando sale contigo.
Llévala a casa luego, sírvele un par de copas
y, en un momento dado, mordisquéale el cuello.
Unas veces querrá pasar al dormitorio,
otras alegará una indisposición
y otras te contará su vida por entregas.
Muéstrale en cada caso la dosis de cariño
que te pidan sus ojos. Sé generoso siempre.
Trata de conservarla como sea a tu lado.
Sin ella, sin tu musa, no eres nadie, poeta.
De Por fuertes y fronteras (1996)
Así debería de ser para un hombre una mujer, eso debe de significar su musa su inspiración.
ResponderEliminar¿Es una mujer la musa o es simplemente un estado mental? En cualquier caso a la mujer y al hombre hay que tratarlos siempre muy bien.
EliminarLa busqueda de inspiracion, que nos lleva a idealizar y a un estado permanente de extasis, hermoso poema.
ResponderEliminarGracias, Cecilia. Muy hermoso.
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