No coincidimos en nada sobre este
tema. Voy a explicar por qué la entrada que ha escrito me parece errada.
Según el informe de Ofelia Betancor y Gerard Llobet: "De acuerdo con el International Union of Railways, a 1 de septiembre de 2014, España tenía 2.515 kilómetros de alta velocidad en funcionamiento, lo que la sitúa como el tercer país del mundo, por detrás de China, con 11.132 kilómetros y Japón, con 2.664 kilómetros. En la actualidad en España hay además 1.308 kilómetros en construcción y otros 1.702 planificados que, de terminar ejecutándose, extenderían la red total de alta velocidad española hasta los 5.525 kilómetros".
Para poner en perspectiva los
datos anteriores observemos que según el Banco Mundial China tenía un PIB de unos 9
billones de dólares en 2013, Japón de unos 5 y España casi 1.4, lo que la sitúa
en la posición 13 en esa clasificación mundial. La población de
China era en 2013 de algo más de 1300 millones de personas, en Japón de algo
más de 127 millones, y en España casi 47 millones, posición 29 en el mundo.
El AVE es un transporte para personas
con un nivel económico alto pagado con los impuestos de todos. ¿Debe ser esa una
de las funciones de un Estado? No. Si defendemos la redistribución, ésta
debería realizarse de las rentas más altas a las más bajas.
Comenta en su entrada: "¿Es
que el único valor que tienen las cosas es el valor económico? Muy reduccionista me parece a mi
considerar la conveniencia o no de unas infraestructuras teniendo en cuenta
variables exclusivamente económicas". ¿Cuáles deberían ser los criterios?
Porque si no se definen estaremos sujetos a la arbitrariedad del gobernante de
turno. El valor económico no debe ser el único a tener en cuenta pero sí es fundamental.
Las inversiones deberían ser rentables y si no lo fueran se debería explicar
muy bien por qué son necesarias. Recordemos que la deuda de España es casi igual
al PIB, además de existir un déficit crónico,
por lo que a todas las inversiones en infraestructura se les debe exigir una
rentabilidad económica o social (si es que se puede medir tal cosa).
"Por el mismo
razonamiento en España a principios del siglo pasado no se habrían pavimentado
los caminos y convertido en carreteras. No se paga por usarlas porque son
gratis (salvo las autopistas de peaje solo a finales de siglo). ¿Significa esta
no rentabilidad económica que nunca debían haberse pavimentado?". Creo que
el pavimento de caminos y su conversión en carreteras ha sido un proceso gradual
que no pueden compararse con el tema tratado en la entrada. Por esa regla de
tres todos los países, incluso los más pobres, deberían gastar sus presupuestos
y endeudarse para conseguir desarrollar infraestructuras de primer nivel y eso
no es así porque cada país debe adaptarse a gastar lo que tiene y pedir
prestado de manera responsable. Por otra parte ese "gratis" no es
correcto. Gratis no hay nada, siempre lo paga alguien, y en el caso del AVE con
los impuestos de todos los españoles. Siempre hay que pagar los gastos de
mantenimiento sino el deterioro haría las carreteras peligrosas e
intransitables. Personalmente haría que todas las carreteras fueran de peaje,
que se pagase por el uso de las mismas.
"Me
resulta muy triste el empobrecimiento humano que supone juzgar las cosas solo
por su valor económico. Digo no a la reducción economicista a la que
estamos continuamente sometidos (esto dicho por un profesor de una escuela de
negocios tiene mucho mérito)". Creo que el espíritu del extracto
corresponde más a un político en época electoral que a "un profesor de una
escuela de negocios". No todas las cosas deben juzgarse por su valor económico,
pero obviar éste puede tener graves consecuencias. Muy graves. Insisto en que
la crisis actual en España se debe, en parte, a que hemos querido tener de todo
en todos los lugares de España: aeropuertos, AVE, tranvías en Parla, por hablar
sólo de infraestructuras. Si hacemos infraestructuras que no podemos pagar
deberemos endeudarnos o que las paguen unos para que las usen unos pocos.
"La realidad es
muy rica y tiene muchas dimensiones no cuantificables". Debemos
tratar de cuantificar todo, y más en el tema de las infraestructuras que
financia el Estado, porque, insisto, de otra manera nos encontraremos con problemas
muy cuantificables en el medio y largo plazo.
"[R]educir la realidad a rentabilidad económica y a
aspectos cuantificables es un triste reduccionismo que desafortunadamente está
invadiendo nuestras vidas". Nuestras vidas deben ser
guiadas por los criterios que consideremos adecuados cada uno pero si hay
problemas deberemos asumir las consecuencias de nuestras decisiones. En el caso
de las infraestructuras si no tienen unos análisis cuantificables estaremos
dando por sentado que si la causa es buena y lo merece el costo es secundario.
Gracias
por la entrada y feliz Semana Santa.
Saludos.
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