Uno de los últimos ejemplos de lo anterior es el caso del fracking (fractura hidráulica) que ha permitido, por ejemplo, que el precio del gas en Estados Unidos cueste cinco y cuatro veces menos que en Japón y Europa, respectivamente. Aquí más información sobre precios.
Seguro que hay efectos adversos en el uso de esta técnica, pero es evidente que los beneficios son muchos. Prohibirlo no es una solución inteligente, sería mejor mitigar esos posibles efectos adversos y aprovecharse de los evidentes beneficios. Si Europa no espabila y aprovecha los beneficios de la técnica, otros lo harán y el coste económico será muy alto.
Para terminar, este vídeo sobre oposición al cambio en clave de humor:
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