Whether it's weather or climate that matters, by Matt Ridley.
That's not a trend. It's not climate change. It's weather: just a cold snap. But that's the point: the climate is just not changing very fast. We have now had a third of a century of man-made warming. This was meant to be the fastest bit - the curve is logarithmic - and yes, it has warmed, but not even enough to make winter noticeably different from 1978, let alone cause catastrophe.
Consecuencias De La Falta De Objetividad Del Perito De Parte, por Enrique Alario.
Tampoco midieron nada, ni objetivizaron las conclusiones. Se refirieron en muchas ocasiones a normativas, a tolerancias, a máximos y mínimos, pero en ningún caso aportaron datos concretos, lo basaron todo en opiniones técnicas tras inspección visual. Claro, el resto de peritos hicieron mediciones en los puntos en que les convenía y presentaron los datos, por lo que volvieron a poner en evidencia las opiniones vertidas en el informe presentado.
El mérito del carbón, por Antón Uriarte.
Electrificar un país significa no solo haber desarrollado el bienestar de la población que vivía sin ella, sino también haber hecho que haya disminuido la contaminación atmosférica, a pesar de lo que el ecologismo imperante en las escuelas, en las universidades y en los medios continúe enseñando y repitiendo.
Damas de Blanco celebran Te Literario bajo violencia policial.
La proeza de Heidemarie Schwermer, por Carlos Rodríguez Braun.
Nada de esto tiene sentido, empezando por la idea misma del trueque como un progreso. El trueque es lo más atrasado que existe, y sólo las hordas y tribus más primitivas lo practicaron. Es algo tan disparatadamente costoso para el intercambio que se comprende que los seres humanos inventaran el dinero hace ya miles de años. El trueque no tiene nada que ver con liberarse de nada y mucho menos con la "injusticia", como dice Frau Schwermer, que sólo podría tener razón en este último caso si hubiera observado un aspecto muy interesante que caracteriza al dinero desde hace mucho tiempo: el Estado interviene en él abiertamente. Eso sí que podría ser calificado de injusto, como también podrían serlo las múltiples incursiones que el poder perpetra contra sus súbditos a raíz de ese intervencionismo, desde la inflación hasta los (otros) impuestos.
Al revés de lo que dijo la prensa, el trueque no es valiente ni aleccionador. Valientes son los ciudadanos que intentan mejorar su propia condición y salir adelante con el dinero y a pesar de las exacciones públicas. Quizá el disparate mayor sea pensar que quien no tiene dinero no tiene nada. Esto es obviamente falso: Frau Schwermer tiene cosas, porque en caso contrario no podría establecer trueque alguno. El dinero también lo conseguimos los seres humanos intercambiando nuestros recursos. Y es el dinero, y no el trueque, el que permite que los intercambios sean infinitamente más provechosos para los pueblos que el primitivo trueque. Sin embargo, desde Virgilio hasta hoy prevalece el disparate de la auri sacra fames.
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