Abetos, hayas y alerces te acompañan durante todo el recorrido mientras bordeas el Lago Irabia. Sus zonas de solana destaca por la amplitud de espacios y en contraposición las zonas de humbria te sumerjen en un espectáculo de musgos y líquenes que bien te podrían trasladar a épocas de brujas, hechizos y aquelarres.
Abetos, hayas y alerces te acompañan durante todo el recorrido mientras bordeas el Lago Irabia. Sus zonas de solana destaca por la amplitud de espacios y en contraposición las zonas de humbria te sumerjen en un espectáculo de musgos y líquenes que bien te podrían trasladar a épocas de brujas, hechizos y aquelarres.
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