Calculitis: “Antes de los elementos finitos, los elementos gorditos”

Manuel Alpañés Ramos.
"Recuerdo una anécdota especialmente didáctica: durante las pruebas de estanqueidad de unos grandes depósitos de hormigón pretensado comprobamos  que el agua se salía como si se tratara de canastos de mimbre. Pronto nos dimos cuenta de que los depósitos disponían de la mitad de la armadura activa necesaria. Cuando celebramos la primera reunión con el proyectista, éste, un compañero joven, apareció con unos voluminosos documentos del cálculo “tridimensional” que había realizado con el programa ANSYS. Según sus cálculos, que él nos invitaba a estudiar, quedaba demostrado sin género de duda, que la armadura dispuesta era la correcta, por lo que había que buscar otras causas (¿dónde?). Cuando le explicamos en una cuartilla que el ANSYS estaba muy bien, pero que toda la matemática que tenía aquello era: T = P x R (tracción circunferencial = presión del agua multiplicada por el radio) y que lo único que había ocurrido era que había cometido un error al dividir por dos lo que no debía, no se lo podía creer. Eso era imposible, nos dijo mirando de reojo, despectivamente, los garabatos que habíamos escrito en la cuartilla: ¡el programa no se equivoca!".


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