Los bajos tipos de interés no son una carta blanca para el despilfarro. Juan Ramón Rallo




Extractos:

Sólo hay un pequeño inconveniente: el objetivo de un sistema económico no es generar empleo, sino riqueza. Generar empleo es algo relativamente sencillo: mantener a la gente ocupada, sin nada valioso que hacer, lo puede conseguir —y de hecho lo consigue— cualquier dictadorzuelo de tres al cuarto. Lo complicado, lo excepcional, es generar riqueza: esto es, destinar los escasísimos recursos de una economía a fabricar los bienes de consumo presentes y futuros que resulten prioritarios para los individuos.


O dicho de otro modo, el Estado genera subvenciones cruzadas a gran escala dentro del sistema económico: emplea los impuestos que recauda a partir de las ganancias de unas empresas para tapar las pérdidas de sus inversiones públicas. Cuán distintas serían las cosas si la deuda pública se emitiera para acometer inversiones concretas y específicas cuyos beneficios actuaran como única garantía de esa deuda. ¿Creen que ahora mismo la deuda pública estadounidense estaría en mínimos históricos? ¿O más bien cada emisión de la misma fluctuaría de acuerdo con la rentabilidad y el riesgo esperado de cada proyecto?


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