Entrevista realizada a Miguel Galbán Gutierrez por Raúl García

Lean esta entrevista a Miguel Galbán. Un delincuente peligroso para la sociedad.

Defender la libertad en un régimen como el castrista es un riesgo enorme. Valientes como Miguel merecen mi más absoluta admiración. Para mí es fácil defender la libertad o criticar lo que no me guste, porque sé que estoy en un país con una democracia establecida.

El régimen castrista en Cuba es una vergüenza para toda la humanidad. No debemos callarnos ni permanecer impasibles, los buenos son los defensores de la libertad, los malos quienes los reprimen.


Entrevista realizada a Miguel Galbán Gutierrez por Raúl García para Pedazos de la Isla

 >Periodista independiente, sindicalista independiente, e ingeniero mecánico, Miguel Galban Gutiérrez es un cubano digno que fue castigado por la tiranía castrista por actuar como un hombre libre en una tierra totalitaria. Fue condenado a las prisiones de la isla durante la Primavera Negra, y ahora reside en España- libre pero exiliado. Ha lanzado su propio blog, “Desde el Destierro”, donde escribe sobre sus dolorosas experiencias dentro de la prisión y sobre los eventos que actualmente suceden dentro de la isla.
Ahora, Galbán y su familia buscan empezar sus vidas de nuevo en España. Aunque resida miles de millas lejos de su patria, Cuba vive en su corazón y a través de sus letras y acciones. Aquí esta su historia:
>“Libertad es el derecho que todo hombre tiene a ser honrado, y a pensar y a hablar sin hipocresía”. José Martí
>“El dolor del presidio es el más rudo, el más devastador de los dolores, el que mata la inteligencia, y seca el alma, y deja en ella huellas que no se borraran jamás” José Martí
>¿Cuéntanos a cerca de tus orígenes- de que parte de Cuba eres y como creciste?
Nací el 12 de enero de 1965, en el municipio habanero de Güines. Maduré con dificultades económicas pues mi padre era el único sosten familiar y éramos cuatro hermanos. El padecía de secuelas por un accidente de tránsito que no le permitía realizar diferentes labores productivas.
Eso no me imposibilitó desarrollarme dentro de un hogar tranquilo. Mis padres nos inculcaron las mejores enseñanzas como seres humanos y cristianos para que ninguno de los hijos, presentemos problemas de convivencia social.
Asimismo cursé y alcancé un elevado nivel académico. En 1992 me gradué del Instituto Superior Politécnico “José Antonio Echeverría” como Ingeniero Mecánico y como Máster en Ingeniería en Mantenimiento en 1998.
Al empezar mi labor profesional es que comienza a reflejarse mi postura contestataria. El enfrentamiento permanente ante las irregularidades que cometen dirigentes gubernamentales que son considerados como partes de una nueva capa social que emergió con la llegada del castrismo al poder, son invulnerables ante las propias leyes de la sociedad siempre que manifiesten una entera pleitesía a la dirección de la revolución, principalmente a la figura del dictador Fidel Castro.
>¿Cuándo comenzaste a escribir como periodista independiente? ¿Era difícil para ti ejercer este trabajo ya que no eras un periodista oficialista?
Al inicio un poco dificultoso. No ostentaba habilidad como periodista. Mi profesión no tenía ninguna relación con letras. Gracias a un creciente grado de dedicación, constancia, esfuerzo, la ayuda de mis colegas de la Agencia “Havana Press” Dorka Céspedes Vela, Jorge Olivera Castillo, y también mi amigo, el comunicador Víctor Manuel Domínguez García, fui mejorando cada día más. Mis trabajos siempre fueron orientados a mostrar la realidad cubana sin límites de fronteras.
La faena de perseguir la información, no solo exacta y veraz, sino asimismo atrayentes e impactantes, se me facilitaba debido a que continuamente siempre me encontraba moviéndome dentro de los territorios habaneros, en ocasiones incluso en el interior del país.
El periodismo resultó bastante crítico, verosimil y exhaustivo al régimen cubano, deducción concreta de la alta penalidad que solicitaron y emitieron por mi labor reveladora.
>Además de ser periodista, también eras sindicalista independiente. Cuéntanos un poco sobre tu labor en esta profesión.
Me plantearon crear el Centro Nacional de Capacitación Sindical y Laboral, con el propósito de nutrir al trabajador de información y conocimientos de las principales atropellos que comete el régimen sobre ellos, así como de los derechos que poseen para hacerles frentes a estas arbitrariedades.
Mi actividad consistía en impartir docencia y contaba con un acreditado grado universitario. Además tenía numerosos conocimientos en el mundo laboral, sindical, vínculos y acercamientos con trabajadores de las capas más engañadas de la sociedad cubana: el campesinado y el obrero del interior del país.
El encierro y posterior condena me imposibilitó contribuir en este proyecto muy factible de sindicalismos independientes, aún se encuentra vigente dentro de la sociedad civil de la isla. Se me fue posible concebir una colección de información que atesoraba todos los convenios internacionales suscritos por la Organización Internacional del Trabajo, así como documentos laborales que la dictadura censura.
>Cuando caes preso durante la Primavera Negra del 2003, ¿de cuáles delitos te acusaron y por cuánto tiempo te sentenciaron? ¿Cómo fue ese día para ti?
El mismo día 18 de marzo fui arrestado en el municipio capitalino de Centro Habana en la intersección de las Calles Campanario y San Rafael. Había salido de la vivienda de Roberto de Miranda Hernández, Presidente del Colegio de Pedagogos Independiente de Cuba. Retornaba de haber participado en un ayuno que se estaba realizando por lograr la libertad de Oscar Elías Biscet González.
Me incriminaron de Actos Contra la Independencia o la Integridad Territorial del Estado. Recibí una petición del Ministerio Fiscal de privación perpetua de libertad. Fui sancionado en la causa número cuatro del año 2003 de la Sala de los Delitos Contra la Seguridad de Estado de Tribunal Provincial de Ciudad de La Habana a veintiséis años de privación de libertad. Fue un juicio sumario, lleno de arbitrariedades de todo tipo.
>Me has explicado que durante tu tiempo en cautiverio estuviste en dos prisiones- Agüica y en la prisión de Guanajay. Según lo que me dijiste, los tiempos más represivos los pasaste en Agüica. Por favor, explícanos por qué dices esto- ¿cómo era la represión en Agüica?
La cárcel de Agüica, enclavada en el municipio matancero de Colón, es donde se logra presenciar la crueldad del régimen penitenciario cubano. A la entrada del recinto existe un letrero que anuncia: “Ha llegado a Agüica, si no te ubicas te ubicamos.”¿Cómo lo realizan? Sólo hay una forma: a través de infernales tratos y palizas.
Conocí en ese sitio a uno de los funcionarios más insensibles del sistema carcelario, el capitán Emilio Cruz Rodríguez. El es un individuo desprovisto de la más mínima condición humana, capaz de golpear junto con una caterva de matones a reclusos inofensivos hasta el desfallecimiento, quizás como medio de borrar de su memoria sus complicaciones personales.
En este lugar se atropellan todos los derechos de los reos. Lo emplea habitualmente la Dirección Nacional de Establecimientos Penitenciarios para enviar a cautivos de otros penales que ostentan hábitos indisciplinarías y contestatarias.
Según tengo entendido, a ti te negaron visitas y asistencia religiosa durante tu tiempo en prisión. Explícanos un poco sobre esto- ¿Cuáles pretextos usaban las autoridades carcelarias para negarte este derecho fundamental?
Tanto en la penitenciaría de Agüica como en la de de Guanajay en la Habana me prohibieron sinnúmeros de visitas religiosas. Las autoridades políticas recurren a la privación de este derecho como práctica de tortura. Los párrocos perjudicados fueron Jairo Restrepo y Gustavo Abad en la primera y Ramiro Quintero, todos de nacionalidad colombiana, obstáculo que no le admitían ir más allá de lo que anhelarían.
En Agüica estuve nueve meses al principio sin ofrecerme la asistencia, posteriormente en diversas ocasiones. Acudiendo el cura, no me permitieron verlo. Estaban autorizadas las consultas con frecuencias trimestrales. En Guanajay era mensual. Estuve cinco meses sin esta asistencia. Arguyeron los represores que era una actividad de la reeducación y no podía concurrir si no iba con el uniforme penitenciario. Finalmente me permitieron asistir, pero no en las Misas. Materialicé gestiones ante el propio Cardenal Jaime Ortega, pero los resultados fueron vanos.
>La vida de un preso político en Cuba es difícil, no sola para el preso pero también para sus familiares. ¿Qué sufrió tu familia mientras tu cautiverio?
Padecimos la muerte de nuestra querida madre, quien sin tener ninguna anormalidad biológica no deseó seguir conformándose más con la vida de tristeza que acarreaba el no poder verme más, debido al recorrido tan largo que estaba la prisión de mi localidad de residencia y a la abusiva condena que ostentaba.
También , mi sobrina mayor fue arrojada de su Centro de Trabajo después que la contrainteligencia le detectó en su buzón electrónico un mensaje a mi nombre enviado desde el exilio por mi colega María López Vela.
Después que soy encarcelado la policía política mantuvo todo el tiempo a mi familia bajo una férrea vigilancia. Condujo a que las amistades próximas se redujeran, debido al temor que existe en la isla. En fin, sus penas económicas se le acrecentaron, el entorno se le comenzó a obstruir, y enfrentaban todo tipo de impedimentos para conseguirme lo que admitían llevarme en las visitas.
>Durante esos tiempos que pasaste tras las rejas, ¿alguna vez perdiste tu esperanza de salir vivo? ¿Qué te mantuvo firme para seguir tu resistencia?
Al inicio no percibía la realidad. No concebía esa elevada petición y sanción, las condiciones de vida infrahumanas y denigrantes, el encierro solitario, sin contactos con familiares durante meses que iba a sufrir a partir de ese momento.
Reflexionando sobre la situación en que me encontraba, las oraciones diarias, y la camaradería que reinaba entre los hermanos de causa que estábamos en la misma área de castigo, me proporcionó salir del episodio. Mi religión cristiana me favoreció grandemente.
Comencé a emplear el tiempo en acondicionarme tanto físico como espiritualmente. Reanudé mi quehacer periodístico, pero un medio mucho más desfavorable y arriesgado, donde te veías más desarmado ante la maquinaria abusiva de la policía política.
>Cuéntanos un poco sobre tu liberación. ¿Cómo fue el proceso de salir de la prisión, y como fue ese día para ti y para tu familia?
El día 17 en horas de la tarde militares que me atendían en la cárcel me mandaron a buscar porque tenía una llamada del propio Cardenal Jaime Ortega. El prelado me comunicó si deseaba salir hacia España y le dije que procedería si me autorizaban llevarme a mis familiares que eran un total de diez. Alegó que era problema de Emigración (la Seguridad del Estado). Le expresé que iba para el concentrado en el Hospital Nacional de Reclusos (HNR) y que no iba salir de Cuba si no me admitían marchame con todos juntos.
Al terminar la llamada, exigí ver al oficial de la policía política de ese establecimiento carcelario. Le aclaré que iba plantado porque había solicitado desde el 8 de julio dos condiciones para aceptar la salida del país y solo me había concedido una: echarle flores en el cementerio de mi localidad en la tumba donde reposan los restos de mi madre, fallecida el 3 de octubre del 2008.
Posteriormente me comunican a través de un carcelero que estaba aprobada la otra petición por la jefatura. Al próximo mediodía me recogieron junto con mi hermano de causa, Héctor Raúl Valle Hernández, y fuimos conducidos bajos unos gigantescos artificios de seguridad hacia el HNR.
Avisaron a mis familiares ese mismo día 17 en altas horas de la noche y fueron reunidos en la tarde del siguiente día y conducidos a un sitio de descanso de la Seguridad del Estado, ubicado en las afueras de la capital, en el municipio de la Lisa. Estuvimos ahí hasta el día 24 hasta las horas de la noche cuando nos congregaron en la sala de espera de la Terminal 1, del aeropuerto internacional l “José Martí” para viajar hacia Madrid.
El proceso de liberación y traslado a España ha sido muy difícil para mí y para mi familia. Efectivamente, logramos salir hacia tierra de libertad pero dejamos atrás parte de familiares que estaban sufriendo también mi encierro abusivo e inhumano. Las circunstancias obligaron a mi propia hermana mayor quedarse en Cuba, debido a que mi padre no estaba en condiciones de afrontar esta nueva vida por su quebrantado estado de salud.
Cuéntanos sobre el “Premio Libertad de Expresión 2011” que fuiste otorgado. ¿Cómo te sentiste cuando te enteraste que serias premiado por tu labor?
Experimenté inmensa satisfacción ese día cuando me llamo Covadonga Porrúa, Presidenta de la Asociación de Prensa de Almería, para informarme que la Junta Directiva de esa organización habían concertado por unanimidad adjudicarme el Premio Libertad de Expresión 2011, máxima distinción que adjudica esta organización.
Fundamentaron este galardón en mi lucha por la liberación de mi patria, la defensa de la libertad de expresión, y el buen periodismo ejercido durante los más de siete años y medios que estuve dentro de las cárceles del régimen cubano.
Con este premio, a través de mi persona, se les rinde homenaje a todos mis colegas que dentro de las cárceles cubanas se mantienen o se mantuvieron salvaguardando el derecho a la libertad de expresión, sin tener en cuenta que la represión de la policía política sobre ellos y sus familiares se iba a comportar más terrible.
Desde tu exilio en España, has abierto tu propio blog, “Desde el destierro”. Explícanos a cerca de este espacio virtual.
Mientras estaba en la prisión abrigaba como propósito el día que saliera, si disponía de buenas facultades mentales, crear mi propio blog. Dios me iluminó el camino este propio 7 de noviembre, estando en la Misa del Santo Padre Benedicto XVI en la Iglesia la Sagrada Familia en Barcelona, me relacioné con una cubana, que se me ofreció para comenzarlo. Mi proyecto es muy ambicioso- deseo que tenga todo lo que escribí antes de ser arrestado, lo que realice en la cárcel, y ahora en el destierro. También lo que se ha publicado sobre mi antes, adentro y ahora en libertad, fotos de actividades opositoras que materialicé o participé en Cuba (si hay personas de buena voluntad que me las quieran conceder, porque las mías fueron ocupadas durante el registro que me efectuaron el día de la detención), así en las que concurro después que estoy en España. También las cartas que me enviaron hallándome en prisión.
También deseo colocar en este espacio noticias e información de hermanos de causa que lo aprueben, como imágenes de mi localidad de origen.
¿Además de seguir escribiendo para tu blog, cuáles son tus planes para el futuro?
Mis propósitos cuando llegué a Madrid eran viajar hacia los EUA, lugar donde poseo familiares y amigos que están en condiciones de ayudarnos en cualquier eventualidad. Asimismo quiero proseguir escribiendo sobre la realidad cubana, no solamente en mi blog sino en cualquier espacio respetuoso que se me brinde. En la espera de ese fin, ganarme el sustento diario en este país, que de una forma compresiva me había admitido con diez miembros de mi núcleo familiar. Considerando un documento que nos entregó antes de salir de Cuba la Sra. Mas Fernández Palacios, Ministra Consejera de la Embajada Española en la Habana, y otros representantes de esta sede diplomática, que manifiesta cómo iba hacer nuestro trato en esta península.
Cuando llegue a Barcelona, comunidad Autónoma Española, donde fui reubicado, la Cruz Roja no acató con casi nada de lo que manifestaba el escrito. Obran contrario a cómo lo hacen esta misma organización en otra parte del territorio español.
Mis planes estudiando estos inconvenientes no han experimentados ninguna variación. Lo que he hecho es acondicionarlo a las circunstancias. Lo que estoy percibiendo nunca va a ser semejantea los resistidos bajo la tiranía de los hermanos Castro.
Las dificultades más grandes imperan en el permiso de trabajo, homologación de nuestros títulos de profesionales, la documentación de nuestro status, que mientras no se le ofrezca una solución efectiva por parte de las autoridades oficiales españolas, no nos permiten ni salir del este país.
¿Tienes esperanza para el futuro de Cuba?
Tengo una inmensa certeza en un rápido auge de la democracia en mi patria. Lograremos por fin erigir la república que anheló nuestro apóstol José Martí: “Una Cuba con todos y para el bien de todos”. Desde el destierro seguiré tributando mi pequeño esfuerzo en conseguir este aspirado objetivo, por lo que muchos dignos y valerosos cubanos han ofrecidos sus vida, como ocurrió recientemente con nuestro hermano Orlando Zapata Tamayo, a quien la dictadura de los hermanos Castros asesinó sólo por reclamar mejores condiciones carcelarias en la prisión donde cumplía su injusta sanción.
Empezaremos todos después a trabajar por la reconstrucción del país, por una democracia abierta ,donde no tengan oportunidades fuerza retrogradas que violan todas las convenciones internacionales, los derechos fundamentales de sus ciudadanos y entorpecen el desarrollo económico de la nación. ¡Ardua tarea tendremos por delante!
¿Tienes algún mensaje para los cubanos dentro de la isla que siguen luchando y para el exilio que se encuentran alrededor del mundo?
A todos mis compatriotas que están tanto dentro de Cuba como en la diáspora, no pierdan la esperanza- el destierro de nosotros no imposibilitará el colofón de la dictadura castrista. Como dice la canción de nuestro compatriota Willy Chirino, “Ya viene llegando”.
Entablaremos a continuación un diálogo donde participen todas las corrientes políticas que debe ser de respeto y compasión. Tendremos que acomodarnos todos los cubanos en una misma mesa a conversar con un solo fin: el bienestar de todos los nacionales, la reconstrucción del país, alcanzar el restablecimiento de los valores éticos, y un entendimiento social que consiente en eximir a todas aquellas personas que de una forma innoble han participado con la represión castrista, pero sus manos no están mancilladas de sangre.
“Respetar un pueblo que nos ama y espera de nosotros, es la mayor grandeza. Servirse de sus dolores y entusiasmos en provecho propio, sería la mayor ignominia”. José Martí

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