Mucha gente dice tener una ideología concreta. Por ejemplo, hay mucha gente que se declara de izquierdas. No sé qué quiere decir eso, pero se suele hacer con orgullo esa declaración. El caso de declararse de derechas es menos común y más recatado. Al menos desde mi experiencia. Tampoco sé qué quiere decir ser de derechas.
No me preocupa en estos momentos ese tema sino el hecho en sí de tener una ideología, entendiendo la misma como una serie de ideas y principios que sirven a las personas para enfrentarse e interpretar la realidad. La mayoría de las veces esas ideas y principios van asociadas a un grupo: comunistas, anarquistas, feministas, ecologistas, etc. Es habitual adaptar esos principios al mundo que se quiere conseguir, el mundo ideal. La realidad es una molestia que hay que sobrellevar como una pesada carga.
Cómo llegan esas ideas y principios a nosotros se me escapa. Entiendo que hay muchos factores que influyen: nuestro instinto de pertenencia a un grupo, querer ser aceptados, nuestros genes que nos predisponen para aceptar una serie de ideas y rechazar otras, experiencias personales, educación recibida, ideas de gente a la que admiramos, etc. Pero eso debería pasar a un segundo plano una vez que somos capaces de pensar y analizar la realidad.
Cuando alguien tiene una serie de ideas y principios sobre la realidad es duro cuando llega ésta y se las tumba de un plumazo. Ante eso quedan dos opciones, la primera es negar la realidad o ignorarla y seguir con las ideas como si nada hubiera pasado, esta opción tiene muchos seguidores y puede ser peligrosa. La segunda es pensar, aceptar la realidad y empezar a desprenderse de ideas y principios. Esta segunda opción de enfrentarse a la realidad puede hacer que mucha gente cambie su ideología pero no basándose en los hechos, es decir, que vuelve al punto inicial pero con otras cartas.
Una vez enfrentados a la realidad esas ideologías pierden todo su sentido, porque ningún grupo puede abarcar la realidad de tal manera que sus ideas y principios se adapten a la misma y la abarquen en su totalidad.
Me declaro un hombre sin ideolología. Me gusta interpretar los hechos y darles un sentido. Sin importarme mucho que suponen respecto a lo que piensen unos u otros, o incluso lo que podía pensar yo antes de tener conocimiento de esos hechos. La ciencia es la rama del conocimiento que consigue esto. Se observan una serie de hechos, se analizan, se construyen teorías, se prueban, y se sigue investigando hasta que se encuentra algún caso que las refuta y se vuelven a construir teorías y a probarlas.
El mundo sería un lugar aun mejor si fuéramos capaces de pensar y adaptarnos a la realidad en vez de querer adaptarla a nuestras ideas.
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