Madres trabajadoras y conciliación laboral. ¿Y los padres?

En el artículo: "El tesoro de la mamás profesionales", Inés Temple argumenta sobre la falta de flexibilidad laboral de las empresas pero centrándolo exclusivamente en la mujer.

El artículo es interesante y tiene su parte de razón pero falla en un punto básico, ¿por qué esas medidas de flexibilidad y adaptación laboral se deben dirigir sólo a las mujeres? ¿Por qué no hacerlas extensibles a los hombres trabajadores? 

Si las medidas no alcanzan a todos, ¿no corremos el riesgo de seguir creando un sesgo en el comportamiento de la gente y que se considere siempre a las mujeres como las sacrificadas para ayudar a sus hijos?

Entiendo que las parejas deben organizarse como deseen, pero si fomentamos que la mujer sea la que tenga las facilidades estaremos condicionando las decisiones para que siempre sea la mujer quien se tenga que adaptar.

Si hay medidas deberían de ser iguales para hombres y mujeres.

Por otra parte, ¿estamos dispuestos como trabajadores a que esas mejores condiciones nos repercutan en el plano económico y de progreso? Porque hay gente que no tiene hijos o que no están interesados en darle ese tiempo a sus hijos. Ellos dedican más tiempo a la empresa y la empresa debe valorar ese esfuerzo mayor que hacen. Aunque no necesariamente esa mayor dedicación significará un mayor rendimiento. Eso también se debería tener en cuenta por parte de las empresas.

La clave es qué grado de flexibilidad elegimos y qué rendimiento ofrecemos. 

Otra vía por explorar es el teletrabajo, aunque Yahoo retiró esa modalidad hace unos meses, que además podría ayudar a resolver problemas como los medioambientales y de tráfico.

2 comentarios:

  1. Creo que la propuesta de Inés pretende muy acertadamente conciliar el papel de madre-profesional y es necesario el deslinde de género porque abarca una serie de situaciones atribuibles solo a la condición de madre:

    Contener o disimular las naúseas, sofocos o desvanecimientos, mantener la postura y actitud correcta en el centro de trabajo durante la etapa de gestación, son esfuerzos que no vemos obligadas a realizar para no correr el riesgo de ser vistas como improductivas con el consiguiente riesgo de perder el trabajo. Así también la etapa de lactancia tan importante en la primera etapa del niño es parte del tremendo sacrificio que asumimos quienes no podemos permitirnos trabajar desde casa.

    El tema es amplio y considero nunca completamente ponderado. El planteamiento es interesante y plantea una alternativa que contribuiría a conciliar ambos aspectos que forman parte importante en el desarrollo integral del género.

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    1. Gracias Cecilia,

      Estoy de acuerdo en que hay una serie de cuestiones fisiológicas que hay que tener en cuenta. Pero en el artículo de Inés se plantea el largo plazo, ahí ya no se tendría que discriminar a favor de uno u otro progenitor.

      El tema ni es sencillo ni tiene una receta mágica para solucionarlo, pero creo que no se debe incidir en la discriminación con medidas sesgadas.

      Saludos.

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