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La ONU cifra en 4.000 el número de muertos por la represión en Siria.

Por Ángeles Espinosa.



La ONU eleva a 4.000 el número de muertos en la represión de las manifestaciones antigubernamentales en Siria. La cifra ha sido facilitada hoy por la alta comisionada para los derechos humanos, Navi Pillay, quien ha calificado el conflicto sirio de “guerra civil”. Para intentar evitar ese desenlace, el Consejo Nacional Sirio (CNS) ha llegado a un acuerdo con el Ejército Libre de Siria (ELS) por el que esta milicia suspende sus acciones ofensivas contra el régimen de Bachar el Asad y se centra en la defensa de la población civil.

“Situamos las víctimas mortales en 4.000, pero la información fiable que nos llega eleva mucho esa cifra”, ha declarado Pillay durante una conferencia de prensa en Ginebra recogida por la agencia Efe. El dato, que la alta comisionada llevará mañana ante el Consejo de Derechos Humanos, aumenta en medio millar la estimación de la ONU el pasado 8 de noviembre.

Sin embargo, durante la visita de esta corresponsal a Siria la semana pasada, los opositores elevaban a 5.000 los muertos. “Estamos convencidos de que son más porque hay mucha gente que no aparece en las listas de detenidos y a los que aún damos por desaparecidos”, explicaba Anwar el Bouni, abogado y defensor de los derechos humanos. Al Bouni cifraba en 30.000 los detenidos.

Pillay ha recordado haber dicho el pasado agosto que “a medida que hubiera más desertores dispuestos a tomar las armas, iba a haber una guerra civil”. “En estos momentos es como caracterizo la situación”, ha añadido.

“Eso es lo que está tratando de provocar el régimen”, denunciaba El Bouni, convencido de que sería la única escapatoria para los dirigentes.

Significativamente, el CNS, que agrupa a la mayoría de los grupos disidentes, ha anunciado hoy un acuerdo alcanzado con el ELS por el que éste se compromete a “no atacar al régimen y limitar su resistencia armada a acciones defensivas”. El ELS es una milicia formada por oficiales y soldados desertores del Ejército sirio, que dirige el coronel Riad al Asaad. La decisión, en el marco del reconocimiento mutuo entre el CNS y los militares, parece responder al rechazo que las operaciones armadas estaban produciendo entre los opositores dentro de Siria.

“Me opongo a sus operaciones. Apoyo que protejan a civiles. No deseo que haya una guerra dentro del Ejército”, declaró El Bouni. De acuerdo con sus datos, 5.200 soldados y oficiales habrían sido encarcelados por rechazar las órdenes de abrir fuego contra la población. “A algunos les han matado por ello”, añadió.

En la misma línea se expresaba el escritor disidente Farez Sara, miembro de los Comités de Coordinación Local, la red establecida por los opositores dentro del país. “No sabemos mucho sobre los desertores y por ello es difícil evaluar su actividad. Pero yo me opongo [a recurrir] a la violencia porque puede llevarnos a la guerra civil”, explicaba en su domicilio de las afueras de Damasco.

La alta comisionada también ha precisado que, según el informe que va a presentar mañana, “aunque la mayoría de las víctimas mortales y los heridos han sido civiles desarmados, existen grupos que no pertenecen a las fuerzas armadas que aparentemente disponen de armas”.

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