- Ya no estás en el colegio. No eres el protagonista ni el sujeto pasivo. Nada gira a tu alrededor ni volverá a hacerlo. Si no aportas, vas a incordiar. Te tienen que enseñar, corregir, editar. No te pueden dejar solo y necesitas atención. Tienes que aprender lo más rápido posible. Si tienes suerte te ayudarán, pero si no, espabila. Si eres rápido y resuelves problemas, estarán encantados contigo.
- Si lo firmas, asumes lo que pone. Siempre. Sin excepciones.
Vosotros habéis reventado el Estado del Bienestar con vuestras pocas ganas de trabajar, con vuestro pertinaz vivir de las ganancias de los demás, con la demoníaca ideación de que los derechos no están imperiosamente vinculados a las obligaciones, con la arrogancia de quien cree que los recursos son infinitos.
Vemos que, aunque se ha dado una vuelta completa, el Sol “se ha quedado atrás” por efecto de la traslación. Tendremos que esperar un poco más para poder decir que se ha dado una vuelta entera tomando el Sol como referencia. El tiempo invertido en este proceso se conoce como día solar.
La crisis de deuda de la zona euro (2010-12) intensificó la importancia geoestratégica de los SWF, en este caso, ante la inversión en bonos emitidos por países periféricos de la Unión Económica Monetaria o por las entidades creadas para su rescate como el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) o el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF). Por ello, los fondos soberanos se han convertido en accionistas de bancos, eléctricas, compañías industriales, etcétera, de países desarrollados y han adquirido instrumentos de renta fija, en su mayoría emitidos por los Estados del Sur de la zona euro. Pero más allá del rechazo que pueda provocar en los países occidentales la entrada de fondos soberanos en el accionariado de sectores estratégicos, el otro foco de atención es el reforzamiento del denominado “eje Sur-Sur” dirigiendo parte de las inversiones a intentar compensar la hemegonía del Norte. Por lo tanto, tras una lógica económica y financiera, los fondos soberanos pueden tener una lógica política que los convierte en agentes de la geoestrategia mundial. Seis billones de dólares (es decir, el nueve por cien del PIB mundial), más de un tercio de ellos en Oriente Próximo, justifican su seguimiento y análisis.
But there’s more. What the parable does not immediately unpack is the incentive effects of the progressive taxation system. In other words, it’s not just that progressive taxation might be wrong ex ante — that is, an affront to the rights and liberties of Sara Gini’s family — but it might have perverse effects when we look at it through a more consequentialist lens.
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