Schabowski, como todos los miembros del Politburó, tiene poca idea de qué es lo que han aprobado y menos aún de lo que le va a contar a la prensa. “Hemos decidido hoy implementar una regulación que permite a cualquier ciudadano de la RDA abandonar la RDA a través de cualquiera de los pasos fronterizos”, explica. Visiblemente nervioso, al portavoz alemán le llueven las preguntas de los periodistas en una sala de prensa abarrotada. “La salida permanente es posible a través de los puestos fronterizos entre la RDA y la RFA…”, prosigue, aunque no aclara gran cosa respecto a con qué documentos se podrá o no salir y entrar del país. Sobreentiende que con pasaportes, pero es incapaz de precisar más. “¿Cuándo entra esta medida en vigor?”, le preguntan. Schabowski tiene que ojear sus papeles para encontrar una respuesta. Se le nota confuso, como si estuviese vendido ante los micrófonos y las cámaras. “Esto entra en efecto, según mi información, inmediatamente, sin más demora”. El revuelo formado en la sala es inmediato. Las fronteras de la RDA se abrían. El Muro de Berlín perdía, con una sola frase, el sentido de sus veintiocho años de vida.
Él niega que fueran así las cosas pero ni se arrepiente de la matanza ni por supuesto ha rechazado la gloria aparejada. Los aparejadores también lo niegan, porque su odio no entiende de contradicciones o incluso se alimenta de ellas: el currículo criminal de Kuntar es completamente mediocre, muchos han matado a muchos más israelíes que él, que el día de su hazaña aciaga apenas contaba 16 años y sólo militaba desde los 13 y de hecho acababa de pasarse once meses preso en Jordania. Lo veneran por los restos de tejido craneal de Einat Harán que recogió el forense de la culata de su arma. Y por esa otra muerte que provocó su vesania, la de la hermana de Einat, Yael, aún más pequeña, una bebita a la que su madre asfixió sin querer para que no gritara cuando la ocultó del Kuntar que estaba asaltando su casa. Por eso Kuntar es el Mal en Israel. Por eso lo jalean en Damasco, en Teherán, en Ramala.
Energy Storage: Graphene may hold the key to an energy storage revolution (which changes everything). Batteries can store lots of energy, but they are large, clunky, and charge and discharge relatively slowly. Capacitors, on the other hand, can’t hold a lot of energy but they charge and discharge very quickly. Researchers out of Gwangju Institute of Science and Technology have developed highly porous graphene-based super capacitors that they, “can fully charge in just 16 seconds and have repeated this some 10,000 times without a significant reduction in capacitance.” Imagine charging your iPhone in 30 seconds, or your Tesla in a few minutes.
"Esas mujeres tuvieron el valor de protestar ante las autoridades tras el ataque que sufrí. Incluso trabajaron juntas para pagarme el avión de vuelta, mujeres que no tienen nada, que viven con menos de un dólar al día. Después de algo así, no puedes decir que no", reconoció entonces.
"A priori estas no son operaciones complejas aunque depende del maltrato que haya sufrido la mujer. Algunas llegan totalmente destrozadas", explica Paluku. El ginecólogo guarda en su memoria el día que llegó al hospital una niña de cuatro años desgarrada por la ira de dos bestias, enemigos de todos que no entienden de bandos, patria ni bandera, sólo de brutalidad. "Iba a coger agua con su hermana y fue asaltada por dos militares. ¿Cómo un compatriota, un gongoleño, le puede hacer tanto daño a un bebe congoleño?", se pregunta.
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