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Cuba. Cada vez más controlados los celulares de disidentes.

Lucas Garve.

LA HABANA, Cuba, 24 de mayo (Lucas Garve, www.cubanet.org) –  A pesar de tener un saldo positivo en mi cuenta, ya han transcurrido veinticuatro horas sin que pueda usar mi servicio telefónico móvil.
La sinrazón de esta medida represiva de la policía política obedece a que pertenezco a la Red Cubana de Comunicadores Comunitarios, que no cuenta con la indulgencia de las autoridades.
Los animadores y los miembros de la Red nos reunimos los miércoles en el pequeño apartamento de la  opositora Marta Beatriz Roque Cabello, en el barrio capitalino de Santos Suárez. Pero en dos ocasiones este mes, oficiales de la Seguridad del Estado arrestaron a varios miembros del grupo para obstaculizar  el encuentro.
Otra de las tácticas represivas contra la Red Cubana de Comunicadores Comunitarios -y contra muchos otros disidentes  en la isla- consiste en limitar el servicio telefónico cada vez que se lanza un operativo policial contra la organización, o cuando ocurre en el país algún evento sobre el cual las autoridades desean tender su rígido manto de silencio.
Durante la visita del papa Benedicto XVI a Cuba en marzo pasado,  la Seguridad del Estado restringió por varios días los teléfonos de cientos de disidentes en todo el país, una medida que el mundo conoció como “Operación Voto de Silencio”.
Desde horas de la mañana del 23 de mayo, me resulta imposible comunicarme  con alguno de mis contactos. Si marco *222#, el número de la empresa CUBACEL que reporta la cantidad de saldo en mi cuenta, solo aparece en la pantalla de mi móvil el letrero que dice “Llamada restringida”, un aviso que denota la  inutilidad de mi empeño y el encono de la Seguridad del Estado en mi contra.
Esas interrupciones  se han repetido en más de una decena de ocasiones este año, y ya se me acumulan más de quince días sin servicio, por los cuales no espero recibir ni una disculpa… mucho menos un reembolso.
La Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A. (ETECSA, estatal) es la propietaria de CUBACEL, que vende –tal vez al precio más alto del mundo- el servicio telefónico móvil en toda Cuba.
ETECSA pertenece al Gobierno cubano y, aunque se cubra con una fachada de empresa mixta,  los gobernantes del país la administran como si fuera su finca privada. No importa que  los disidentes paguemos como cualquier otro ciudadano el servicio telefónico. Cuando ordenan reprimirnos, nos cortan el servicio telefónico o restringen las llamadas sin darnos ninguna explicación.
El Ministerio de Comunicaciones de Cuba hizo famoso hace muchos años un lema que dice: “En la guerra como en la paz mantendremos las comunicaciones”. Pero en la guerra contra la disidencia las comunicaciones no se mantienen. Al contrario, se desconectan, porque no convienen.

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