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Caos en el transporte urbano habanero

Osmar Laffita Rojas.

LA HABANA, Cuba, mayo, www.cubanet.org -El caos reinante en la transportación urbana, en La Habana, es consecuencia de la absurda y antieconómica política de centralizarlo todo a los niveles más altos del gobierno, que son  los que deciden si hay dinero para los pedidos de fondos hechos por las empresas, carentes de toda autonomía.
Un año después de que las diferentes direcciones de las empresas de ómnibus de la capital sometieran a sus instancias superiores reiterados pedidos de dinero para la compra de piezas de repuesto para los vehículos, han recibido el silencio por respuesta. Ante la cada vez mayor carencia de piezas, las empresas recurrieron al canibalismo para que evitar que colapsara totalmente la trasportación urbana en esta ciudad de más de dos millones de habitantes, es decir, decidieron sacarle piezas y partes a los ómnibus paralizados para ponérselas a los pocos que aun circulan.
Por los pésimos resultados de tales prácticas, en las terminales de Santiago de la Vegas y  Alamar, de los 70 ómnibus articulados marca Liaz, de fabricación rusa, que comenzaron a trabajar hace cinco años, circulan apenas entre 15 o 20 en cada una de estas terminales.
En las terminales del reparto La Rosita  y la de Alberro, en El Cotorro, que tienen ómnibus articulados Yutong, de fabricación china, debido a la falta de piezas de repuestos y partes, la frecuencia de salidas, que era de  10 y 15 minutos cuando iniciaron sus recorridos hace cinco años, en estos momentos es de más de una hora, lo que da lugar al malestar y las protestas de las personas, que se desesperan por tan larga espera.
De los 650 ómnibus articulados y fijos comprados hace solo cinco años a Rusia, China y Belarus para el transporte urbano de la capital, hoy solo circula la mitad.  Es común que los omnibus, abarrotados de pasajeros, muchos de ellos colgados de las puertas, no se detengan en las paradas oficiales.
El gobierno, conocedor del alto nivel de descontento existente en la población, y ante el riesgo de que este descontento se agrave con la llegada del verano, está tomando medidas para remediar de manera urgente esta situación, que no debía haber llegado hasta el extremo en que se encuentra.
El general de división Antonio Enrique Lussón, vicepresidente del Consejo de Ministros, ha sido convocado para que tome cartas en el asunto y le dé solución de manera inmediata a la grave crisis del transporte urbano en La Habana.
Para ello, habilitaron varios talleres, a los que se les han asignado fondos para la compra de los suministros necesarios para la reparación capital de los omnibus, algunos de los cuales llevan años paralizados. En la medida que sean reparados, los incorporarán de inmediato a prestar  servicio a la población. O al menos eso es lo que se ha informado oficialmente.
Queda por ver si esta nueva solución de emergencia da resultados positivos y, aun más importante y poco probable, permanentes.

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