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Padre Alejandro Solalinde

Estuve ayer en un acto de Amnistía Internacional. Un cinefórum con la proyección del documental "Los Invisibles: Un viaje oculto a través de México". Aquí el informe de Amnistía Internacional.

El acto se centraba en los migrantes que atraviesan México provenientes de otros países con destino a Estados Unidos principalmente.

El invitado más destacado fue el Padre Alejandro Solalinde, director del albergue ciudad Ixtepec (Oaxaca,México).

El padre Alejandro Solalinde es director de una refugio para migrantes en Ciudad Ixtepec, estado de Oaxaca, que se creó para ofrecer asistencia humanitaria a las personas migrantes que necesitan un lugar donde descansar y recuperarse del viaje.

El 26 de febrero de 2007 creó el refugio para migrantes de Ciudad Ixtepec “Hermanos en el Camino”, cerca de las vías de ferrocarril por las que viajan las personas procedentes de Centroamérica. Más de 400 migrantes durmieron en el refugio la primera noche, y el flujo de personas ha sido constante desde entonces.

Asistieron al acto unas 150 personas.

Tras la proyección del documental se escuchó a Graciela Martínez, Brigadas Internacionales de Paz, y a Isabel García del Río, Amnistía Internacional. Además de al Padre.

Luego se pasó al turno de preguntas. Algunos hicimos preguntas directamente y otros aprovecharon para lanzar su discurso.

Saqué en claro unas cuantas cosas:

- La situación para la gente que atraviesa México es muy peligrosa. El principal problemas al que se enfrentan los migrantes son los delincuentes. Además las autoridades no dan el apoyo necesario para proteger a los migrantes.
- Se producen secuestros, abusos sexuales, asesinatos y otros crímenes contra los migrantes.
- Hay gente que ayuda a esas personas de manera altruista.
- El estado mexicano es clave para poder resolver el problema.
- Las condiciones de vida de los migrantes en su país de origen son muy malas. Por eso se arriesgan en un viaje a través de México.
- La iglesia católica debe acercarse a la gente y salir de sus palacios, además de respetar más a la mujer, fueron palabras del padre. A pesar de mi nula fe y que crea que Dios no existe, valoro la labor de personas asociadas a la iglesia católica. Estoy totalmente de acuerdo con las palabras del padre.

Pregunte al padre como lograba sobreponerse a su miedo, si es que lo sentía. Me respondió que no tenía miedo y que lo que tenía era ansia porque la situación acabara y se dejaran de cometer abusos contra los migrantes. También le pregunté, ya en privado, sobre si el estado mexicano era necesario para la resolución de este problema, y me contestó que sí, sin duda. Que a pesar de sus críticas a las autoridades nunca habían dejado de estar en contacto con ellas. Y por último le pregunte si a las personas a las que él ayudaba le devolvían el favor de alguna manera, me respondió que no y que además no lo permitiría, que él confiaba en Dios para seguir con su tarea, que lo que hacía no lo hacía por recibir nada a cambio, lo que pedía era que esa gente ayudara a los que llegaban tras ellos.

Veremos cómo evoluciona el problema, pero es interesante ver como hasta ahora se centraba mucho el problema en la frontera entre México y Estados Unidos, pero se tenía olvidado, o al menos no se le ha dado tanta publicidad a la situación de los migrantes al atravesar México.

Es clave que en los países de origen de estos migrantes y en México se mejoren las condiciones de vida.

Me impresionan las personas como el padre Solalinde que dedican su vida a ayudar a los demás.

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