Comentarios a la entrada de Miguel Ángel Ariño: ¿Nunca debería haberse construido el AVE en España?


No coincidimos en nada sobre este tema. Voy a explicar por qué la entrada que ha escrito me parece errada.
Según el informe de Ofelia Betancor y Gerard Llobet"De acuerdo con el International Union of Railways, a 1 de septiembre de 2014, España tenía 2.515 kilómetros de alta velocidad en funcionamiento, lo que la sitúa como el tercer país del mundo, por detrás de China, con 11.132 kilómetros y Japón, con 2.664 kilómetros. En la actualidad en España hay además 1.308 kilómetros en construcción y otros 1.702 planificados que, de terminar ejecutándose, extenderían la red total de alta velocidad española hasta los 5.525 kilómetros".
Para poner en perspectiva los datos anteriores observemos que según el Banco Mundial China tenía un PIB de unos 9 billones de dólares en 2013, Japón de unos 5 y España casi 1.4, lo que la sitúa en la posición 13 en esa clasificación mundial. La población de China era en 2013 de algo más de 1300 millones de personas, en Japón de algo más de 127 millones, y en España casi 47 millones, posición 29 en el mundo.

El AVE es un transporte para personas con un nivel económico alto pagado con los impuestos de todos. ¿Debe ser esa una de las funciones de un Estado? No. Si defendemos la redistribución, ésta debería realizarse de las rentas más altas a las más bajas.

Comenta en su entrada: "¿Es que el único valor que tienen las cosas es el valor económico? Muy reduccionista me parece a mi considerar la conveniencia o no de unas infraestructuras teniendo en cuenta variables exclusivamente económicas". ¿Cuáles deberían ser los criterios? Porque si no se definen estaremos sujetos a la arbitrariedad del gobernante de turno. El valor económico no debe ser el único a tener en cuenta pero sí es fundamental. Las inversiones deberían ser rentables y si no lo fueran se debería explicar muy bien por qué son necesarias. Recordemos que la deuda de España es casi igual al PIB, además de existir un déficit crónico, por lo que a todas las inversiones en infraestructura se les debe exigir una rentabilidad económica o social (si es que se puede medir tal cosa).

"Por el mismo razonamiento en España a principios del siglo pasado no se habrían pavimentado los caminos y convertido en carreteras. No se paga por usarlas porque son gratis (salvo las autopistas de peaje solo a finales de siglo). ¿Significa esta no rentabilidad económica que nunca debían haberse pavimentado?". Creo que el pavimento de caminos y su conversión en carreteras ha sido un proceso gradual que no pueden compararse con el tema tratado en la entrada. Por esa regla de tres todos los países, incluso los más pobres, deberían gastar sus presupuestos y endeudarse para conseguir desarrollar infraestructuras de primer nivel y eso no es así porque cada país debe adaptarse a gastar lo que tiene y pedir prestado de manera responsable. Por otra parte ese "gratis" no es correcto. Gratis no hay nada, siempre lo paga alguien, y en el caso del AVE con los impuestos de todos los españoles. Siempre hay que pagar los gastos de mantenimiento sino el deterioro haría las carreteras peligrosas e intransitables. Personalmente haría que todas las carreteras fueran de peaje, que se pagase por el uso de las mismas.

"Me resulta muy triste el empobrecimiento humano que supone juzgar las cosas solo por su valor económico. Digo no a la reducción economicista a la que estamos continuamente sometidos (esto dicho por un profesor de una escuela de negocios tiene mucho mérito)". Creo que el espíritu del extracto corresponde más a un político en época electoral que a "un profesor de una escuela de negocios". No todas las cosas deben juzgarse por su valor económico, pero obviar éste puede tener graves consecuencias. Muy graves. Insisto en que la crisis actual en España se debe, en parte, a que hemos querido tener de todo en todos los lugares de España: aeropuertos, AVE, tranvías en Parla, por hablar sólo de infraestructuras. Si hacemos infraestructuras que no podemos pagar deberemos endeudarnos o que las paguen unos para que las usen unos pocos.

"La realidad es muy rica y tiene muchas dimensiones no cuantificables". Debemos tratar de cuantificar todo, y más en el tema de las infraestructuras que financia el Estado, porque, insisto, de otra manera nos encontraremos con problemas muy cuantificables en el medio y largo plazo.

"[R]educir la realidad a rentabilidad económica y a aspectos cuantificables es un triste reduccionismo que desafortunadamente está invadiendo nuestras vidas". Nuestras vidas deben ser guiadas por los criterios que consideremos adecuados cada uno pero si hay problemas deberemos asumir las consecuencias de nuestras decisiones. En el caso de las infraestructuras si no tienen unos análisis cuantificables estaremos dando por sentado que si la causa es buena y lo merece el costo es secundario.

Gracias por la entrada y feliz Semana Santa.

Saludos.

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