Lecturas 25.03.2013

¿Qué ha pasado en Chipre? Por Juan Ramón Rallo.

No hay ningún motivo ni económico ni jurídico para cargar las tintas sobre el pequeño depositante: los depósitos por encima de 100.000 euros suman 38.000 millones de euros, de modo que si en lugar de aplicarles (como sucede ahora) una quita del 10% se les impusiera una del 15%, se inyectaría el mismo capital en la banca sin afectar al pequeño depositante (de hecho, para eximir totalmente al contribuyente europeo y español de cualquier socialización de pérdidas, la quita debería ser del 25%, porcentaje mucho más cercano al que deseaba Alemania). Es imprescindible que la Troika dé marcha atrás en este punto: si no lo hace, su acertado plan de no-rescate y no socialización de pérdidas de la banca se convertirá enuna chapuza absoluta con todos los visos de fracasar y de no ser entendida por casi nadie.

Supermercados y empleo, por Carlos Rodríguez Braun.

La señora Vivas no sólo falsea la realidad sino que no dedica ni un minuto a plantear qué podría pasar si la gran superficie no existiera o fuera prohibida, qué pasaría si no hubiera mercados más o menos libres, si no rigiera la cruel "regla de oro del capital". Y hay una experiencia rica y muy prolongada de lo que sucede. Por ejemplo, dentro de nada va a cumplir el comunismo 100 años. Esperamos ansiosos algún comentario de tantos enemigos del capitalismo que nos ilustre sobre qué sucede con el comercio, el salario, el empleo y el bienestar cuando no hay capitalismo; cómo es la calidad de los productos, y su precio. Y, desde luego, qué pasa con la suerte, la libertad y los derechos laborales de las grandes mayorías que quitan el sueño a doña Esther Vivas, que se define como "periodista y activista" y proclama que su meta es "comprender el mundo para cambiarlo". Muchos antiliberales han cambiado el mundo ya, para desgracia de cientos de millones de trabajadoras y trabajadores.

El mercado laboral español: diez razones de un fracaso, por Domingo Soriano.

"Los cambios en las políticas referidas al mercado laboral son enormemente polémicos: algunas personas pueden ver que su situación empeora claramente en el corto plazo, incluso si mucha otra gente consigue beneficiarse. Recortar los subsidios de paro, incrementar la edad de retiro, recortar el salario mínimo o reducir las indemnizaciones por despido, por ejemplo, claramente van en contra de los intereses cortoplacistas de los trabajadores y de los actuales desempleados; empobrecen a gente que ya está en la parte baja de la distribución de ingresos. [Por eso], cambios políticos inteligentes que reúnan una combinación de elementos deberían ser capaces de compensar a aquellos que sufran las pérdidas".

Con este párrafo, resumen los expertos de CESifo el gran reto al que se enfrentan los políticos europeos para los próximos años. Cambiar las reglas de un mercado laboral que, cada vez más, es una losa para la productividad del Viejo Continente, sin que sus trabajadores sientan que son los grandes perdedores de una crisis que amenaza con terminar con algunas de las certidumbres en las que muchos de ellos crecieron.

Lo que tus hijos no aprenderán en el cole, por Mónica Mullor.

En Europa Occidental, desde ya hace unas décadas se ha venido desarrollando la idea de un gran Estado, llamado "del Bienestar", que promete a la gente bienestar y seguridad por medio de derechos y más derechos, que permitirían trabajar menos, jubilarse antes, vivir eternamente de los subsidios, ir al médico las veces que se quiera..., sin gastos extras de ningún tipo. Como si el bienestar cayera del cielo.

Cuba contexto actual.