Víctima, 15 de septiembre: Martín Durán Grande

Libertad Digital.


El 15 de septiembre de 1974 fallecía en el Hospital Militar de Bilbao el guardia civil MARTÍN DURAN GRANDE tras ser herido gravemente el 11 de septiembre en un enfrentamiento con miembros de la banda terrorista ETA en la capital vizcaína.
La operación de la Guardia Civil se había iniciado la noche del 10 de septiembre, cuando varios etarras intentaban llegar a España desde Francia a través del río Bidasoa. Agentes de la Guardia Civil les sorprendieron cerca de la Isla de los Faisanes (Hendaya), en el momento en que desde la parte española (Irún) un individuo salía de un automóvil y trataba de llegar a la embarcación. Al ser descubiertos por la Guardia Civil, abrieron fuego y se internaron en un monte, donde pudo ser detenido uno de ellos, el etarra Vicente Gurruchaga Escenarro. Aprovechando la confusión, los ocupantes de la barca consiguieron huir, cruzando nuevamente la frontera franco-española.
Con la información que obtuvieron tras la detención del etarra, se localizó un piso en el número 59 de la calle Doctor Areilza, de Bilbao, que la Guardia Civil sospechaba que podría estar siendo utilizado por miembros de ETA. El día 11 de septiembre, por la mañana, efectivos policiales entraron en el piso y detuvieron a la etarra María Dolores González Cataraín, alias Yoyes, que doce años más tarde sería asesinada por sus excompañeros. Yoyes, que por entonces tenía 18 años, llevaba en un bolso una pistola Firebird, 9 milímetros parabellum, con dos cargadores.
Poco después, mientras los agentes estaban en la vivienda, llegaron otros dos miembros de la banda. Uno de ellos, José Antonio Inchaustegui Elizondo, alias El Duque, fue detenido, mientras que el otro, Juan José Urcelay Imaz, emprendió la huida seguido por el guardia civil Martín Durán Grande. El etarra, en su fuga, disparó contra el agente, que recibió dos disparos: uno en el vientre y otro en la pierna izquierda. A continuación, intentó escapar a través de una de las viviendas del inmueble, a la que entró amenazando a sus ocupantes (una señora de avanzada edad y su hija), pero desistió por la altura del balcón. Urcelay prosiguió su huida y, pensando que podría haber guardias en el portal del edificio, salió a la calle dando tiros. Uno de los disparos hirió en el glúteo a una transeúnte, Andrea Villamore Silva, de 58 años y natural de La Coruña. Martín Durán Grande, pese a estar gravemente herido, prosiguió la persecución de Urcelay Imaz, desplomándose en el suelo nada más salir a la calle.
Horas más tarde, la Guardia Civil localizó otro piso de la banda en el barrio de Zorroza de Bilbao, en la calle Astillero nº 6, donde sospechaban que se había escondido el presunto autor de los disparos que hirieron a Martín Durán, Juan José Urcelay Imaz. Cuando intentaron detenerlo se entabló otro tiroteo en el que Urcelay Imaz resultó muerto. Además, un segundo etarra y otros dos guardias civiles -Aniceto Reguero Fernández y Manuel Vera Ortiz- resultaron heridos de diversa consideración. En la operación se detuvo también a Purificación Martínez Setién e Ignacio Setién.
Martín Durán Grande tenía 21 años cuando fue asesinado por la banda terrorista ETA. Había nacido en Portugalete, en la margen izquierda de la ría del Nervión, pero vivía en Erandio, en la orilla derecha. El mismo 15 de septiembre se celebró el funeral en la Iglesia de San Agustín de Erandio. El Gobernador civil de Vizcaya colocó sobre el féretro la Medalla al Mérito Policial, con distintivo rojo, a título póstumo. Ese mismo mes de septiembre de 1974, el presidente de la Diputación de Vizcaya, Pedro Arístegui, propuso la concesión de la Medalla de Plata de la Provincia para el policía municipal Eloy García Cambra, asesinado el 29 de agosto de 1972 en Galdácano, y para el guardia civil Martín Durán Grande. Ambos fueron asesinados por la banda terrorista ETA en acto de servicio.

¿Quiere usted que la región de Cataluña siga formando parte del Estado de España? por Arcadi Espada

El Mundo.


Mientras no hablo, pero sobre todo cuando hablo, pienso en mi mala suerte: tantos años perdidos dándole al memo manubrio del nacionalismo. ¡Lo que yo habría sido! Pero yo mismo me animo. Que vachaché. Al fin y al cabo pensar, escribir, hablar deben de tener un efecto vigorizante per se, con independencia del contenido. Gimnasia sueca. Porque lo cierto es que aunque la veta parezca agotada siempre acaban saliendo perlas.
Por ejemplo, esta cosa gelatinosa y eufemística del nacionalismo catalán respecto a los sentimientos. Alemanes, vascos, flamencos, españoles, incluso, en épocas distintas de la historia no han ocultado detrás de nada su xenofobia. Estos nuestros ocultan la evidencia de que no soportan vivir con el otro, ¡extranjero!, bajo grasientas capas de sentimentalidad y victimismo. Este último bien humorístico: hasta el punto de tratar de hacer creer al resto que ellos son las víctimas y los que han de soportar la xenofobia.
Este argumento va íntimamente emparentado con su denuncia del presunto nacionalismo español. Cualquier alfabetizado sabe que la expresión del nacionalismo español es la Constitución de 1978, la que ha organizado uno de los Estados más flexibles del mundo. Pero, en cualquier caso, hay una diferencia esencial entre uno y otro nacionalismo: a diferencia del catalán, el nacionalismo español no quiere hoy echar de su casa a nadie.
Por lo demás observo que la santa inocencia nacionalista ya tiene preparada la pregunta y que nos llama partidarios del no. A mí, como puede comprender cualquiera, el no me va mucho. Mucho más que a Raimon Pelegero: al fin y al cabo le saco una dictadura (aunque sea blanca) de ventaja. Pero no deja de admirarme cómo estos inocentes eligen rápidamente jugar en casa, y se apropian de la psicólogica ventaja afirmativa de la respuesta. Ignoran que hasta los adverbios habrían de negociarse, y que ellos son y serán siempre los del no.

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Los 'windfall profits' no existen por Manuel Fernández Ordóñez

Libertad Digital.


Ya hemos comentado muchas veces en esta columna cómo funciona el mercado mayorista de electricidad en España, pero ha de reconocerse que no es cosa baladí ni trivial. Esa complejidad resulta ser un terreno especialmente abonado para la cosecha de intereses creados y teorías falaces que no aguantan un mínimo análisis. El de los windfall profits es otro de esos argumentos falsos que suelen utilizar los que abogan por la intervención total del mercado eléctrico y la expropiación de ganancias legítimas a ciertas tecnologías de producción.
Hay muchos grupos de presión, desde empresas privadas hasta grupos ecologistas, que esgrimen que las centrales nucleares e hidráulicas tienen beneficios "caídos del cielo", eso es lo que significa windfall profits. ¿Y por qué dicen esto? Pues, fundamentalmente, porque no entienden cómo funciona el mercado eléctrico ni la forma de ofertar de las distintas tecnologías en el mismo. La cosa, sin embargo, no es tan complicada. Imagine que cultiva usted patatas y, tras la cosecha, acude a un mercado donde tiene lugar una subasta en la que distintos agricultores venden las patatas. El funcionamiento de este mercado es tal que, independientemente del precio al que usted oferte sus patatas, siempre recibirá el mismo importe por ellas: el precio del último kilogramo de patatas que se venda. Si usted ha ofertado por debajo de ese precio, venderá sus patatas. Si ha ofertado por encima de ese precio, no las venderá y se volverá a casa con las patatas.
Imagine ahora que usted no quiere volver a casa con sus patatas y quiere estar totalmente seguro de que las va a vender, por ejemplo porque el camión del transporte de vuelta es muy caro. ¿A qué precio las ofertaría? La cosa está clara: las ofertaría a cero euros, las ofertaría gratis. De este modo es seguro que las vende y, teniendo en cuenta el funcionamiento del mercado, usted recibirá por sus patatas el precio de las últimas que se hayan vendido. Ahora bien, y aquí está el matiz clave, el que usted oferte sus patatas a cero no significa que le cueste cero producirlas. La producción le cuesta una cantidad significativa de dinero, pero las oferta gratis porque su coste de oportunidad es muy bajo. Esto quiere decir que, una vez que las patatas han sido cosechadas, o las vende o las tendrá que tirar. Y es mejor venderlas, aunque el precio obtenido sea muy bajo, ya que al menos recuperará algo de su inversión.
Y aquí viene la trampa. Como usted oferta las patatas a cero, algunos interesados dirán que usted produce las patatas casi gratis, que sus costes de producción son muy pequeños y que, por tanto, cuando a usted le pagan las patatas al precio marginal está recibiendo beneficios exorbitantes, beneficios inmerecidos, beneficios caídos del cielo, windfall profits. Pero todo es mentira. Usted no tiene unos costes de producción bajos, usted lo que tiene son unos costes de oportunidad bajos, que no es ni parecido. Usted lo que quiere es deshacerse de las patatas como sea y les baja el precio todo lo posible.
En el mercado eléctrico sucede lo mismo. Una central nuclear, por ejemplo, tiene un coste de oportunidad muy bajo porque sus costes de combustible son pequeños. Una central de gas, en cambio, tiene unos costes de oportunidad muy altos porque el precio del gas puede alcanzar el 70% del coste de operación de la central. Si el gas está muy caro, la central puede preferir no arrancar. A una nuclear, en cambio, siempre le merece la pena estar arrancada porque el coste del combustible no llega al 5% del total. Por eso las nucleares y las hidráulicas ofertan a cero, porque sus costes de oportunidad son muy bajos, no porque sus costes de producción lo sean. De hecho, en una central nuclear hay otros costes que son muy elevados, como la inversión en seguridad y equipos o la amortización del capital. Es decir, el coste total de producir electricidad con una central nuclear dista mucho de ser cero (de hecho es bastante cercano al del carbón).
¿Y si el mercado fuera diferente? ¿Y si a cada tecnología se le pagara el precio al que ha ofertado? Esto significaría cambiar un mercado marginalista por un mercado pay-as-bid. De acuerdo, aceptamos la moción, hagámoslo. ¿Qué pasaría entonces? Es muy sencillo ¿Qué hacen todos ustedes cuando quieren vender un piso, un coche o una cámara fotográfica de segunda mano? Miran a ver cómo está el mercado, estudian los anuncios en internet e intentan estimar un precio por el cual alguien en el mercado estaría dispuesto a comprar su casa o su coche. Es decir, intentan adivinar cuál es el precio marginal del mercado de casas, coches o cámaras.
En el mercado eléctrico pasaría exactamente lo mismo. Todas las centrales tratarían de adivinar a cuánto se iba a vender ese día el kWh marginal y todos tratarían de ofertar un poquito por debajo de ese precio. Es decir, las centrales nucleares ya no ofertarían a cero sino a un margen por debajo de lo que ellas creyeran que fuera a ser el precio marginal de ese día. Pues bien, la teoría económica nos dice que si hacemos esto, el precio resultante será prácticamente idéntico al de un mercado marginalista. Si cambiamos de modelo de mercado, el precio será el mismo. Por tanto, los windfall profits no existen ni son un artificio del mercado eléctrico para robarnos el dinero. Esto es tan cierto, de hecho, que hoy mismo los propietarios de la central nuclear de Santa María de Garoña han emitido un comunicado en el que renuncian a continuar con la explotación de la misma porque dejará de ser rentable si el Gobierno aprueba la subida de impuestos a las nucleares. ¿Dónde están los windfall profitssi la central dará pérdidas?
El mercado mayorista español de electricidad tiene como resultado uno de los kWh más baratos de Europa. En los cinco primeros meses de este año el mercado arrojó un precio de 48€ cada MWh mientras en nuestras casas lo estábamos pagando, con todo incluido, a más de 200€. ¿De dónde proviene la diferencia? El origen del drama eléctrico español no está en el mercado, no se equivoquen de sitio a la hora de hacer la caza de brujas.

CO2 asiático por Antón Uriarte

CO2.




El despegue económico de Asia en los últimos veinte años, especialmente en China, ha venido acompañado por un incremento importante de las emisiones de CO2. En los mapas de arriba se representa simbólicamente el volumen de emisiones de los países, en 2010 arriba y en 1990 abajo.

La expansión de las burbujas de CO2 en China e India, tal y como ocurrió anteriormente en Europa y en Estados Unidos,  ha sido y es debida en su mayor parte a la utilización del carbón como fuente barata y competitiva en la producción de electricidad.

El proceso continúa con aspavientos mediáticos y políticos en Estados Unidos y sobre todo en Europa, a pesar de que empresas como la francesa Alstom son las principales ejecutoras de los proyectos de las nuevas turbinas. Se estima que globalmente la capacidad de las centrales térmicas de carbón aumentará un 35 % en los próximos 10 años, de 1.759.000 MW en 2010 a 2.384.000 MW en 2020.


En el año 2011 China emitió el 29 % del CO2, Estados Unidos el 16 %, la UE el 11 %, India el 6 %, Rusia el 5 % y Japón el 4 %.


Coal-fired Power Plants Capacity To Grow By 35 Per Cent In Next 10 Years - Engineer Live, For Engineers, By Engineers

Alstom wins contract for supercritical coal-fired boilers project in India

Global CO2 emissions rise 3 pct in 2011: report | Reuters