Eurocode 8: Seismic Design of Buildings Worked examples

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Worked examples presented at the Workshop “EC 8: Seismic Design of Buildings”, Lisbon, 10-11 Feb. 2011


Incluyo este documento en mi recopilación sobre Estructuras.

Diseño antisísmico de la estructura del Palacio de Congresos de Orán

ACHE.



Resumen:

El nuevo Centro de Convenciones de Orán (Argelia), construido por OHL para Sonatrach, se ubica
en una zona con una  intensidad sísmica elevada (ab = 0,20·g) con históricos antecedentes. La 
concepción de la estructura sismorresistente debía adecuarse, por una parte, a las complejas 
exigencias arquitectónicas de funcionalidad asociadas a un auditorio de 3.000 plazas, y por otra 
parte, al planteamiento general constructivo de la obra, que preveía la prefabricación integral de la 
estructura metálica en España, y su montaje en Orán mediante el uso exclusivo de uniones 
atornilladas.


El resultado del diseño  es un planteamiento modular de toda la estructura sismorresistente a 
través de arriostramientos en cruz de San Andrés, formando pórticos y pantallas individuales, que 
se conectan a los forjados de los edificios en los que se concentra la masa oscilante.


PALABRAS CLAVE: Sismo, sistema de arriostramiento, estructura metálica, tornillos de alta 
resistencia, ductilidad.



España, rescatada

Juan Ramón Rallo.



Escuchadas todas las partes, ya podemos formarnos una primera idea sobre el plan de rescate (sí, rescate) del Eurogrupo a España. Ahí van:
  1. Es un rescate en toda regla pero sin condiciones al Gobierno: El PP se está esforzando sobremanera en sostener que no estamos ante un rescate porque la asistencia financiera no es idéntica a la prestada a Irlanda, Grecia o Portugal. En estos casos, la Troika rescató a los gobiernos que eran incapaces de emitir deuda en el mercado a tipos de interés competitivos. En nuestro caso,parece que no ha sido así, pero sólo lo parece. En realidad, el Gobierno había decidido recapitalizar con fondos públicos a la banca española… pero se sabía incapaz de emitir 100.000 millones de euros en el mercado sin que los tipos de interés se le fueran a la estratosfera. Por consiguiente, al final estamos en lo mismo: se le presta asistencia al Gobierno para sus objetivos de gasto (en este caso, de gasto dirigido a recapitalizar bancos). El Eurogrupo es taxativo a este respecto: el dinero se le presta al FROB, que actúa como agente del Gobierno. Sí, del Gobierno, no de los bancos.
  2. El dinero no lo devolverá la banca, sino los contribuyentes: Esta excusa oficial es esencial por un doble motivo. Primero, sirve para aplacar los ánimos de una ciudadanía a la que se le ha añadido, de golpe y porrazo, unas deudas de más de 2.000 euros por cabeza para salvar a los malos inversores de la banca. Segundo, tratándose de una inversión que se espera que vaya a ser recuperada, no computa como déficit. En realidad, es todo puro teatro. Como ya ha sucedido con los 4.500 millones famosos de Bankia, no estamos ante una operación gubernamental dirigida a proporcionar liquidez a la banca, sino que va orientada a tapar colosales agujeros de estas entidades. El dinero no se le va a devolver al FROB (o al menos no en un futuro previsible… dentro de 20 años, quién sabe) y, por tanto, será el contribuyente español quien tenga que amortizarlo con Europa. Debería contar como déficit, pero se manipularán las cuentas a la griega con la connivencia de Eurostat.
  3. No es positivo que haya sido un rescate sin condiciones: El Partido Popular ha pretendido convertir los intereses del partido en los intereses de la nación. Desde luego, un rescate condicionado habría sido una humillación en toda regla para el PP. Sería tanto como decirles que son unos completos inútiles incapaces de hacer una a derechas contando con mayoría española en casi toda España. La nación, en cambio, sí necesitaba que se le impusieran al Gobierno condiciones muy serias de reducción del déficit público por el lado de los gastos, pues tenemos un déficit público exorbitado: el 8,9% en 2011. El PP no quería una tutela, y al final se ha salido con la suya en perjuicio de los españoles.
  4. El déficit no aumenta, pero la solvencia del Reino de España sí se resiente: El déficit a efectos de Eurostat es una mera argucia contable de importancia limitada a la burocracia bruselense. Lo que les interesa a los inversores es el monto total de deuda pública viva y su capacidad para amortizarla por parte del Gobierno. El rescate del Eurogrupo no eleva el déficit, pero sí eleva la deuda en unos 10 puntos del PIB. Aunque a corto plazo se despejan incertidumbres sobre cómo se iba a financiar el rescate bancario español (cabía el riesgo de que el Gobierno del PP quisiera emitir los 100.000 millones directamente en el mercado, lo que habría sido su tumba, como lo fue la de Irlanda) y probablemente contribuya a relajar la prima de riesgo, a medio plazo será sólo un nuevo clavo en el ataúd de la solvencia del sector público. Con este plan nos iremos, como mínimo, a una deuda sobre el PIB del 90% para finales de 2012. Con una economía esclerotizada como la española, el servicio de la deuda va siendo cada vez más inverosímil.
  5. Los bancos no volverán a dar crédito a partir de ahora: Aunque otro brillante pretexto oficial para justificar este saqueo al contribuyente sea que, gracias a la inyección de capital, los bancos volverán a dar crédito a partir de ahora, este razonamiento es erróneo por dos motivos. Uno atañe al lado de la oferta de crédito, es decir, de los bancos: con estos 100.000 millones la recapitalización del sistema financiero español NO se ha completado. Faltan otros 50.000 millones que muy probablemente se lograrán en año y medio o dos años a través de provisiones contra beneficios de la banca. Pero de momento, no hay saneamiento total (lo único positivo que, acaso, pueda esperarse por esta vía es que los bancos comiencen a sacar a la venta todos los activos adjudicados y depreciados que tienen en sus balances, pero hasta el momento han acreditado una extraordinaria lentitud en este sentido). El otro motivo, más importante, atañe a la demanda de crédito: si ahora mismo no hay crédito en la economía española no es porque los bancos no tuviesen capacidad para extenderlo hasta la fecha (hay bancos perfectamente solventes que han limitado al máximo su exposición a España, y en general toda la banca seguía prestándole al Gobierno), sino porque no se fían de la viabilidad de la economía española. Esto no ha cambiado en absoluto, si acaso ha empeorado con los 100.000 millones adicionales de endeudamiento. España sigue siendo un sistema económico hiperendeudado y totalmente desequilibrado, cuya capacidad para generar suficiente riqueza con la que amortizar su losa de deuda es más que discutible. La potencial insolvencia del Reino de España significa que nuestra salida del euro es una posibilidad muy real y, ante tal contingencia, muy pocos se arriesgan a invertir (cualquier activo español puede perder de la noche a la mañana un 30%-40% de su valor). Mientras no haya un saneamiento del conjunto de la economía (Gobierno, familias y empresas) el crédito no volverá a fluir, pues seguirá tratándose de una operación altamente arriesgada que muy pocos querrán acometer. Por eso era tan importante que Bruselas atara en corto al Gobierno y, por eso, lo de hoy ha sido sólo un fiasco dirigido a que el contribuyente español pague las pérdidas de los bancos españoles.
  6. Sí había alternativa a la socialización de deudas: La alternativa que de verdad hubiese contribuido a sanear nuestra economía y que no hubiese castigado al ya muy sufrido contribuyente es la capitalización de deuda (o bail-in). A saber, convertir a parte de los acreedores de los bancos insolventes en accionistas. Esta solución, mucho más justa y adecuada que la socialización de pérdidas, se ha descartado por miedo a que se generara un pánico bancario en España. Extraño argumento en un país cuya banca vive desde hace meses enchufada a la financiación del BCE en más de 300.000 millones de euros.
En definitiva, estamos ante un parche más a un problema muchísimo mayor y más complejo que el de inyectarles el 10% del PIB español a nuestras entidades financieras. El Gobierno del PP sigue careciendo de una visión global del problema (acaso porque no le interesan las soluciones liberales que de ahí se desprenden) y, por tanto, continúa improvisando y cargándole el muerto al contribuyente como ya lo hacía el de Zapatero. A corto plazo será un paliativo de la histeria que vivíamos en los mercados para financiarnos; a medio y largo plazo, un fracaso más.
Por resumirlo: los españoles debemos 100.000 millones más sin que nuestros políticos vayan a notar restricción alguna en su muy dispendiosa predisposición a gastar nuestro dinero. Y los únicos que de verdad salen bien parados de la operación son los acreedores de los bancos quebrados; es decir, justamente aquellos que en un sistema realmente capitalista habrían cargado con la responsabilidad de sus errores de inversión.

Krugman clama contra la crisis


Carlos Rodríguez BraunEl Mundo, suplemento El Cultural, 1 junio 2012.

Hay varios libros recientes con títulos conminatorios, como“¡Indignaos!”, que casi nunca apremian a la defensa de la libertad. Un nuevo ejemplo es Paul Krugman, que impetra ¡Acabad ya con esta crisis!, pero se lo reclama a los gobiernos, como si no tuvieran responsabilidad alguna en haberla provocado, propiciado o prolongado. Este Premio Nobel comparte y anima las fantasías antiliberales. Si su última obra sobre la economía de la depresión giraba en torno a la ilusión de que el Estado se había contraído (lo criticamos aquí: http://goo.gl/yvYHO), en este nuevo libro asegura que lo malo del Estado no es que intervenga mucho sino que no interviene lo suficiente. Todos nuestros males se arreglarían de forma “casi increíblemente fácil” con más gasto público. No ahorra simplificaciones keynesianas, incluyendo el ejemplo de la cooperativa de canguros, también mencionado en su libro anterior. La diferencia es que antes decía que los bancos centrales resolverían la depresión, y ahora dice que necesitamos también más gasto público. Para ello se apoya en ideas populares pero cuestionables, como que nunca hay que bajar el gasto porque “el gasto son los ingresos”, o que no puede haber inflación si hay depresión, o que mientras no suban los tipos de interés el crecimiento de la deuda pública puede ser ilimitado sin efectos dañinos, o que el gasto militar acabó con la Gran Depresión: “La Gran Depresión se terminó gracias a un aluvión de gasto público y hoy necesitamos, desesperadamente, algo semejante”. Igual que sostuvo su admirado Keynes, todo lo que sea libertad económica es para Krugman un problema, porque según él la libertad nos ha conducido a la crisis, y saldremos de ella si el Estado gasta y se endeuda más, para compensar lo que hace el resto de la economía. Esta macroeconomía convencional es tan dudosa como su tesis de que lo malo es el “exceso de ahorro mundial” o que la crisis se derivó de la desregulación y la “banca en la sombra”, como si la política monetaria expansiva no hubiese tenido responsabilidad alguna. Se suceden los tópicos, como que los empresarios son liberales, algo que los economistas saben que no es verdad desde los tiempos de Adam Smith, o que hay que descartar los “argumentos liquidacionistas” de Schumpeter o Hayek, como si no hubiera habido un problema de sobreinversión generado por la intervención política. Krugman desprecia todas las teorías que no concluyan recomendando más intervencionismo, más expansiones monetarias y fiscales, como si fueran recetas mágicas, o irrefutables, o carecieran de consecuencias no plausibles. Uno comprende el entusiasmo de los socialistas con Paul Krugman. Es verdad que a veces les hace sonrojar, como cuando predice de forma inminente el corralito en España y el colapso del euro, pero a cambio les da mucha felicidad cuando recela de la libertad y reclama con insistencia los eurobonos, y más intervencionismo, más gasto, más déficit, más deuda, más impuestos, y otros beneficios para el pueblo. Por cierto, también pide más inflación y asegura que alivia las deudas. Recuérdelo usted cuando le suban la hipoteca. 

Víctima, 10 de junio: Rafael San Sebastián Flechoso

Libertad Digital.


En torno a las 11:30 horas del 10 de junio de 1990, la banda terrorista ETA asesina en la cafetería Gwendolyne de Guecho (Vizcaya) a RAFAEL SAN SEBASTIÁN FLECHOSO. Dos etarras entraron en el local y efectuaron dos disparos a escasa distancia en la cabeza de la víctima, que murió prácticamente en el acto.
En el momento en el que se produjo el atentado en el interior del establecimiento se encontraban tres camareros y media docena de clientes. Rafael se encontraba al fondo del local junto a una máquina recreativa. Los asesinos gritaron, una vez traspasada la puerta de entrada, "¡todos quietos!", y en cuestión de segundos se acercaron hasta el lugar donde estaba Rafael San Sebastián, efectuando varios disparos.
Los etarras entraron en la cafetería a cara descubierta y huyeron en un vehículo tipo ranchera aparcado en las inmediaciones, en cuyo interior, según testigos presenciales, había dos o tres personas más.
Rafael era primo de la periodista Isabel San Sebastián y hermano de Federico San Sebastián, secretario general de la empresa Iberduero. El directivo manifestó a los medios de comunicación que el asesinato sólo podía ser consecuencia de un error, porque su hermano "era un hombre muy austero y muy familiar. Se arreglaba con poco dinero y era muy querido por todos".
La periodista Isabel San Sebastián en una entrevista en El Periódico de Cataluña (12/11/2007), a propósito de la interposición de una demanda civil contra José María Calleja por "vulneración del derecho al honor", señaló: "Yo nunca he hecho gala de mi condición de amenazada. ETA asesinó de un tiro en la nuca a un primo mío que se llamaba Rafael San Sebastián. Ahí empezó mi guerra contra ETA y nunca me he apeado de ella".
El 26 de junio de 1990 el diario Egin publicó un comunicado de la banda terrorista ETA, escrito íntegramente en euskera, en el que calificaba de "error" el asesinato de Rafael San Sebastián. El propio diario traducía y resaltaba un párrafo del comunicado en el que se podía leer: "Reiteramos, pues, ante nuestro Pueblo y muy en particular ante los familiares y allegados de la víctima nuestra más seria y sincera autocrítica por esta equivocación y error irreparables".
El terrorista que asesinó a sangre fría, por "error", a San Sebastián Flechoso era Jon Bienzobas Arretxe, alias Karaka. Iba acompañado por otros etarras que no han podido ser identificados por las investigaciones policiales. El 7 de agosto de 1990 Bienzobas, con otros miembros de la banda terrorista, intentó robar en Lejona una furgoneta Nissan Vanette. En ese momento fueron sorprendidos por la Policía Municipal que les pidió la identificación. Uno de ellos encañonó a un agente, lo que les permitió darse a la fuga abandonando un vehículo que resultó ser propiedad de Miguel Bienzobas Valles, padre del etarra. Cerca del lugar de los hechos se halló una mochila con una granada de mano de fabricación casera y el revólver marca Llama del calibre 38 especial con el que se hicieron los disparos que mataron a Rafael San Sebastián Flechoso.
Bienzobas fue extraditado temporalmente por Francia en el año 2007 para ser juzgado por el asesinato de Rafael San Sebastián y por el de Francisco Tomás y Valiente, cometido el 14 de febrero de 1996. Por sentencia de junio de 2007 Bienzobas fue condenado a indemnizar a la familia de Rafael y a 30 años de prisión por "un delito de asesinato alevoso ejecutado con finalidad terrorista" pues "el sujeto activo ejecuta la primera y más antigua modalidad de alevosía: el crimen a traición o por la espalda en el que no existe posibilidad alguna de defensa por parte de ofendido".
Rafael San Sebastián Flechoso tenía 42 años y era natural de Bilbao. Residía con sus padres en el barrio de Neguri de Algorta (Vizcaya). Según relataron sus familiares, no tenía empleo fijo. Tenía por costumbre acudir los fines de semana a la cafetería donde fue asesinado para tomarse un café mientras leía la prensa.

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