La regulación compulsiva empobrece

Xavier Sala i Martín.

La nueva regulación bancaria de Basilea está obligando a los bancos a (1) o bien ampliar capital o (2) o bien substituir créditos de "alto riesgo" (a empresas productivas) por créditos de "bajo riesgo" (al gobierno). Como los bancos españoles tienen dificultad para ampliar capital, lo que está pasando es que la regulación de Basilea está OBLIGANDO a los bancos a dejar de dar créditos al sector productivo para dárselo al sector público. Es decir, la incompetencia de los reguladores está ahogando la actividad productiva, está secando el crédito de la economía y está contribuyendo a la destrucción de riqueza y puestos de trabajo. La regulación inteligente protege. Pero la experiencia española demuestra, nuevamente, que la regulación compulsiva empobrece.

ARTÍCULO:
¡La culpa es de la DESREGULACIÓN del sistema financiero! Esa es la (acrítica) crítica repetida hasta la saciedad por infinidad de analistas enemigos del libre mercado, analistas que salen como setas cada vez que hay una recesión. Para ellos, más regulación es siempre equivalente a mejores resultados. El problema de su argumentación es que en su mente no tienen a los reguladores del mundo real (seres humanos con limitados conocimientos y con mochilas políticas) sino unos reguladores teóricos de libro de texto que siempre imponen restricciones que mejoran el bienestar.
La pregunta es: ¿es siempre buena la regulación? ¿Más regulación es siempre mejor? Desafortunadamente para el país, vivimos YA HOY las consecuencias negativas la regulación que se impuso hace sólo un par de años para solucionar la crisis financiera de 2008: las nuevas reglas de capital bancario mínimo impuestas por Basilea III son en gran parte responsables de la recesión europea de 2012. Me explico.
Básicamente, el negocio bancario consiste en obtener dinero de los depositantes y prestarlo a un interés superior. Si los ingresos son superiores a los costes (incluidos los costos que comporta la morosidad o los impagos), el banco tiene beneficios. Estos, aumentan el valor del capital del banco. Si, por el contrario, los costes son superiores se producen pérdidas que van a cuenta de lo propietarios que ven cómo se reduce el valor de su capital. Cuando, a base de perder dinero año tras año, un banco se queda sin capital se dice que es insolvente y debe cerrar.
Es muy importante, pues, que un banco tenga “suficiente” capital. La pregunta es: ¿Cuánto capital se considera suficiente? La respuesta depende de la cantidad de préstamos que haya concedido y de lo “arriesgados” que sean esos préstamos (es decir de la probabilidad de que no sean devueltos). Imaginemos un banco con capital de 10 millones, que ha captado muchos depósitos y ha acabado concediendo créditos por valor de 1.000 millones. ¿Tiene suficiente capital? Si los créditos concedidos tienen un riesgo del 5% de no ser devueltos, el banco sabe que un 5% de los 1.000 millones no van a ser devueltos por lo que va a perder unos 50 millones. El capital de 10 millones no va a ser suficiente para hacer frente a las pérdidas por lo que el banco será insolvente.
Noten que si el mismo banco tuviera un capital de 100 millones, podría hacer frente a las mismas pérdidas esperadas de 50 millones de créditos con toda tranquilidad. Para que un banco esté sano, pues, hace falta que la tasa de capitalización, es decir, la relación entre el capital del banco y los créditos concedidos sea suficientemente alta.
Es importante entender que los créditos concedidos deben ser ajustados por su riesgo porque en el ejemplo anterior, si en lugar del 5% el riesgo de impago sólo fuera del 0,5%, entonces se esperaría que las pérdidas sólo fueran de 5 millones y no 50 por lo que el capital de 10 millones sería suficiente. Es decir, si el banco ha concedido créditos con poco riesgo, con poco capital que tenga ya puede ir tirando. Dicho de otro modo, para saber si un banco tiene capital suficiente hay comparar su capital con los créditos concedidos ajustándolos por el riesgo de impago.
Teniendo en cuenta este criterio, antes de la crisis del 2008, los reguladores internacionales crearon lo que se llamó “Normas de Basilea II”, que obligaban a los bancos a que su capital fuera el 2% de la “suma de los créditos concedidos”, donde la “suma de los créditos concedidos” era una “suma ponderada por el riesgo de cada crédito”. En inglés eso se llama “Risk Weighted Assets” o RWA. El RWA es la suma ponderada de todos los activos, cada uno multiplicado por un número entre cero y uno: los que tienen cero riesgo se les multiplica por cero y los que tienen máximo riesgo, por uno. Es decir, Basilea II decía que el ratio Capital/RWA tenía que ser del 2%.
Las pérdidas sufridas durante la crisis de 2009-2010 hicieron pensar a los reguladores que esa tasa de capitalización era insuficiente por lo que en 2010 se volvieron a reunir y crearon las llamadas “reglas de Basilea III” que básicamente imponían un nuevo requerimiento: el ratio Capital/RWA tenía que subir desde el 2 al 7% para el 2019. El Banco de España, más papista que el Papa, impuso a los bancos Españoles no el 7% sino el 8% y no para el 2019 sino de manera inmediata, setiembre de 2011.
¿Cómo podían los bancos conseguir ese nuevo objetivo impuesto por la nueva normativa? Pues siempre hay dos maneras de subir un ratio: aumentar el numerador y reducir el denominador. Es decir: la primera manera de cumplir con la nueva normativa era pedir a los accionistas del banco que pusieran más dinero de sus bolsillos. Es lo que se conoce como “ampliación de capital”. El problema es que muchos bancos (por ejemplo, los españoles) han tenido serias dificultades para ampliar capital: porque el sistema financiero español ofrece pocas garantías en estos momentos.
La segunda manera de reducir el ratio de CAPITAL/RWA impuesto por los reguladores era reducir el RWA. Dado que el RWA es la suma ponderada de todos los activos (en este caso, los créditos concedidos por los bancos) donde las ponderaciones son distintas según el riesgo, la suma total de RWA puede disminuir si se substituyen créditos con mucho peso (es decir, créditos con mucho riesgo) por créditos sin peso (es decir, sin riesgo).
Y aquí es donde, sin darse cuenta, los reguladores han estado haciendo MUCHO DAÑO A LA ECONOMIA PRODUCTIVA!: Y no porqué impusieran un aumento de capital a los bancos sino porque, por ley y por alguna razón desconocida, los reguladores decidieron que un CRÉDITO AL GOBIERNO NO TENÍA RIESGO (y por lo tanto tiene un peso 0 en RWA) mientras que el crédito a una empresa tenía mucho riesgo por lo que puede llegar a tener un peso de 0,9 o 1 en RWA. Todos los bancos españoles que tienen dificultades para ampliar capital, al ver que se les requería que su ratio capital/RWA fuera del 8% les obliga a tener que substituir créditos “arriesgados” por créditos catalogados de “sin riesgo”. Es decir, cada vez que a una empresa productiva le vencía un crédito, no se le renovó y utilizó el dinero para comprar deuda pública. Dicho de otro modo: los bancos dejaron de prestar dinero a empresas productivas (y de paso contribuyeron a la destrucción de riqueza y de puestos de trabajo) para cumplir con la estúpida regulación impuesta por unos reguladores que fueron incapaces de ver que las reglas mal pensadas acaban siendo muy perjudiciales.
Lo irónico de la situación es que se ha inducido a los bancos a sacarse de encima los créditos al sector productivo y a comprar deuda pública simplemente porque el regulador decidió no se sabe por qué decir que la deuda pública no tenía riesgo. Cualquiera que haya leído los periódicos en los dos últimos años sabe que la deuda pública tiene un enorme riesgo de impago. Miren, si no, lo que les ha pasado a los que prestaron dinero al gobierno de Grecia o lo que les ha pasado a los proveedores de los ayuntamientos españoles! La deuda pública tiene riesgo y sería importante que tanto los reguladores como los bancos lo reconocieran cuanto antes mejor.
Resumiendo, la nueva regulación de Basilea está obligando a los bancos a (1) o bien ampliar capital o (2) o bien substituir créditos de "alto riesgo" (a empresas productivas) por créditos de "bajo riesgo" (al gobierno). Como los bancos españoles tienen dificultad para ampliar capital, lo que está pasando es que la regulación de Basilea está OBLIGANDO a los bancos a dejar de dar créditos al sector productivo para dárselo al sector público. Es decir, la incompetencia de los reguladores está ahogando la actividad productiva, está secando el crédito de la economía y está contribuyendo a la destrucción de riqueza y puestos de trabajo. La regulación inteligente protege. Pero la experiencia española demuestra, nuevamente, que la regulación compulsiva empobrece.

La salud pública, en retroceso

Iván García.

Hospitales derruidos y médicos 'negociantes'. ¿Qué fue de aquellos años en los que Castro hablaba durante horas de la excelencia de los servicios médicos cubanos?

Durante sus 47 años de gobierno personal y autoritario, a Fidel Castro le gustaba recordarnos que Cuba era una potencia médica a nivel mundial.
El comandante-guerrillero solía recitar las estadísticas sobre la mortalidad infantil y la esperanza de vida. Y luego, orgulloso, comparaba: "Tenemos mejores tasas de mortalidad infantil que los Estados Unidos".
Para que las masas aplaudieran, comparaba los progresos de la medicina después del triunfo de la revolución con la etapa republicana.
Ahora Castro está echado en la cama, haciendo dieta mediterránea, escribiendo su visión apocalíptica del mundo y, según cuentan, involucrado en pesquisas alimenticias con plantas como la moringa.
Su hermano Raúl no suele ser tan puntilloso ni autocomplaciente con el tema de la salud pública. Y es que la medicina de la Isla anda en caída libre. En enero de 2010, 27 dementes murieron de hambre, frío y malos tratos en Mazorra, el centro siquiátrico de las afueras de La Habana.
Hay suficientes hospitales, policlínicos y consultorios del médico de la familia a lo largo y ancho del país; pero más de la mitad necesitan una reparación capital, modernización tecnológica y la aprobación de medidas salariales y laborales que incentiven a los galenos a trabajar con profesionalidad y rigor.
En los centros de salud pública se han convertido en habitual las salas sucias, los baños desbordados de excrementos, la escasez de medicamentos y de equipos avanzados.
En 2012, la salud pública en Cuba se ha convertido literalmente en un asunto de vida o muerte. Si usted llega en estado grave a un hospital, el personal médico, a pesar de las penurias, intentará mantenerle con vida. Y las autoridades sanitarias agotarán los recursos disponibles a su alcance. Si el paciente es un niño o un adolescente, se hurga hasta en los almacenes estatales y se da luz verde para la compra en el extranjero de cualquier medicamento de última generación.
Pero cuando se habla de un tratamiento preventivo o un chequeo a fondo, entonces se notan las carencias. La medicina cubana está diseñada para impedir el fallecimiento y atender a personas muy enfermas.
No está mal.
Pero poco se hace para mantener una adecuada medicina preventiva, que sin dudas es la más rentable, dado que garantiza tener una población más sana. Lo primero que asombra cuando se visita algún deteriorado hospital, es la cantidad de pacientes aquejados de dolencias que pudieron haberse previsto en un chequeo médico.
Las consultas de dermatología y alergia están desbordadas, pues el clima tropical acrecienta ese tipo de enfermedades. (Si se llega con los pies repletos de ampollas o con un ataque de asma, se saldrá con un tratamiento para aliviar el malestar, no para prevenirlo o curarlo.)
Si un ciudadano necesita hacerse un estudio para determinar cuál es la causa que provoca su padecimiento, que se siente a esperar. Y además de paciencia, necesitará buenos contactos y dinero.
La medicina cubana es (aparentemente) gratuita. Pero para que los médicos se esfuercen en dar una atención competente, es indispensable llegar a la consulta, cuando menos, con una merienda, una lata de refresco o un jugo.
Para hacerse un chequeo a fondo, se necesita algo más que un simple emparedado de jamón y queso. En estos casos, al técnico debe pasársele a hurtadillas un billete de 10, 20 o 40 cuc, en dependencia del tipo de examen. Los propios especialistas recomiendan a sus pacientes que se realicen los análisis de sangre, exudados o biopsias, en hospitales de primer nivel.
"Los exámenes en los laboratorios de policlínicos y hospitales de segunda categoría carecen de rigor", cuenta un especialista. También los galenos se las agencian para tener una lista de pacientes que "resuelven cosas".
"A veces llego a la casa con diez sandwiches. Con ellos resolvemos el desayuno familiar o preparamos bocaditos para las meriendas escolares de los hijos. Los pacientes que más uno cuida son aquellos que te regalan lo que nosotros llamamos 'artículos pesados'. Piernas de cerdo, botellas de aceite, teléfonos móviles o dinero contante y sonante. Dentro de mi presupuesto mensual contemplo esa 'ayuda extra' recibida de mis mejores pacientes", señala un doctor con 25 años de experiencia.
La mayor aspiración del personal cubano de salud es partir hacia alguna misión médica al extranjero. Saben que el gobierno se queda con el 90% del salario devengado en divisas. Pero es en esas misiones donde pueden conseguir muebles, autos y equipos electrodomésticos.
Cuando hace 30 años un Fidel Castro presuntuoso hablaba horas y horas de los logros de la medicina revolucionaria, algo había de cierto. Era una salud pública que pocos países del tercer mundo se podían dar el lujo de tener.
Algunos acápites, como la mortalidad infantil y la esperanza de vida, siguen siendo comparables a naciones del primer mundo (al menos según las estadísticas oficiales). Pero 70 mil médicos y miles de especialistas, en algunos casos altamente capacitados, que devengan salarios de miseria —entre 25 y 35 dólares— a día de hoy se las apañan como pueden en hospitales desurtidos y desvencijados.
En esta primavera caliente, el personal médico debe tener las antenas de subsistencia funcionando todo el tiempo. Y ser creativo: en sus precarias condiciones deben atender a los pacientes y, por debajo del tapete, gestionar productos en especie o un puñado de chavitosque le faciliten el quehacer cotidiano.
Allá por los años 80, Fidel Castro estaba tan satisfecho con la salud pública que un día le dijo a un periodista extranjero: "En nuestro país cuando usted llega a un cuerpo de guardia, se le atiende sin preguntarle cuál es su posición política con respecto a la revolución".
Faltaría más.

Installation pile by Robot driven (made in Australia)

Fuente: GeoJuanjo.

Dios se apareció en Oleiros

Arcadi Espada.



   Querido J:
Parece probable que el sentido auténtico de la visita del Papa a Cuba haya sido recoger de sus mismos labios la última confesión del dictador Castro. No se le ve otro a una visita que ha eludido cualquier gesto, puramente cristiano,con la oposición y que ha dejado en el limbo de una genérica necesidad de cambios en el mundo [¡sic!] los cambios concretos, desesperados que necesita Cuba. Poco antes de la visita, Irene Hdez. Velasco escribió una buena crónica en este periódico donde te echo las cartas sobre la posibilidad de que Castro aprovechara el viaje del Papa para anunciarle su conversión al catolicismo. Si lees la crónica no perderás el tiempo; pero mucho menos si la lees bajo el esplendor de apocalipsis de las fotos de Castro con el Papa. Míralas.
El dictador va vestido con una suerte de gabán oscuro (un chándal de su colección han dicho) que aliado con sus barbas de chivo y su decrepitud enferma le dan un aspecto canónico de místico. Frente a él, el níveo Papa, ligeramente inclinado, con expresión afectuosa, parece que va a recoger de esos labios temblorosos, en efecto, la confesión inminente. Son dos viejos de más de 80 años, cerca ya de la gracia definitiva de Dios.
Sin embargo, hay algo en la crónica y en la consiguiente interpretación del encuentro sobre lo que dudo. Acepto que la conversación entre Castro y el Papa fuera eminentemente religiosa, e incluso la posibilidad de que supusiera una suerte de solemne y postrero examen de conciencia del dictador. Pero dudo que pueda hablarse cabalmente de conversión. Y no por los orígenes, nítidamente conservadores, terratenientes y religiosos de la familia Castro. Sino por la razón contundente de que Castro declaró hace tiempo que creía en Dios. Y no sólo en Dios, sino en su caballo blanco. Sé que la declaración se produjo en julio de 1992, y en el reino de Galicia.
Te preguntarás por mis poderes. No hay misterio. Todos se derivan de una noticia en verdad singular. Se titula Fraga y Fidel, sin embargo, pero yo preferiré llamarla F/F. Una película de Manuel Fernández-Valdés, que he podido ver en primicia. Al principio aparecen unos silenciosos títulos de crédito que vale la pena que te transcriba, porque son todo el sentido. El expuesto, no el derivado:
«El padre de Fidel Castro era gallego. A principios del siglo XX emigró a Cuba y no regresó. El padre de Manuel Fraga era gallego. A principios del siglo XX emigró a Cuba y sí regresó».
«Fidel Castro gobernó la República Socialista de Cuba de 1959 a 2008. Manuel Fraga gobernó la comunidad autónoma de Galicia de 1990 a 2005».
«Fidel Castro fue a Galicia los días 27 y 28 de julio de 1992. Allí visitó la casa donde nació su padre, en el municipio de Láncara. Manuel Fraga fue a Cuba en septiembre de 1991. Allí visitó la casa donde vivió con sus padres cuando tenía tres años, en el municipio de Manatí».
«En Cuba, Fidel Castro recibió a Manuel Fraga con honores de jefe de Estado. En Galicia, un año después, Manuel Fraga quiso corresponder a Fidel Castro y le preparó una agenda cargada de paseos, homenajes y celebraciones».
«Esas 48 horas de cortesía son el motivo de esta película».
Respecto a esta última frase hay que decir mucho más. Del mismo modo que la mente no es un producto del cerebro, sino que es el cerebro, esas 48 horas no son el motivo de la película, sino la propia película. El autor reunió primero todos los testimonios gráficos que quedaban de esos días. Bastantes y muchos de ellos puramente indescriptibles. Luego, armado con ellos y una poderosa inteligencia, volvió al lugar de los crímenes. Y fue narrando el viaje con una voz aniñada, estupefacta, que es el ojo sinestésico del espectador. Tengo el privilegio de decirte que la película es un producto superior. Parece que la haya hecho un checo. El hijo checo de Fraga Iribarne, eso es. Hay una gran cantidad de escenas asombrosas. Y lo que tienen es que fueron rodadas sin asombro: la gran virtud es que el chico Valdés mira igual, con la misma tranquila degeneración, que el nodo de la televisión de Galicia. Así pueden salirle momentos como el de ese anciano cantor, aún vivazmente revolucionario, que dice que se volvió de la Cuba socialista porque para trabajar con pico y pala ya lo hacía aquí.
Pero si traigo aquí este trabajo soberbio es por un fragmento del discurso que Castro pronunció en Oleiros, un municipio «próspero, residencial y revolucionario», con su avenida Che Guevara y su Banco Santander, la zona «rojo pasión» del joven Valdés. Estaba viendo cómo enfilaba el comandante los últimos minutos de la tenida cuando hablando de la mezcla cubana de indios, españoles y africanos dijo: «Es lo que nos dio Dios para los creyentes. Es lo que nos dio Santiago hace 2.000 años. Es lo que queremos seguir siendo y parte del alma de ustedes. Eso, y parte del alma de España. Y parte del alma de Galicia. Debemos seguir siendo parte de ustedes y queremos seguir siendo acreedores al cariño de ustedes, queremos seguir siendo acreedores al privilegio y a la solidaridad de ustedes. Por eso decimos ¡patria o muerte, venceremos!». Y en la película se oye caer enseguida un líquido de gaitas.
Vi esa escena antes del viaje papal a Cuba, antes de que se pregonara la supuesta conversión. Escuchar a Castro hablando de Dios, del apóstol Santiago y del alma era tan sólo la parte del aura del viejo corrido, patria o muerte venceremos.
Es un tópico imperial hablar de las historias que exhiben «violentos contrastes». Ésta de Fraga y Fidel es todo lo contrario: una violenta identificación. Una muy posmoderna (sin ofender) disolución de los límites. El joven Valdés que, advirtámoslo, nunca se recrea en la suerte, cuenta en un momento que a los actos de homenaje a Fidel asistió algún militante del terrorismo gallego que años antes, y por el claro impulso de su fe marxista, había participado en la voladura de la casa de verano de Fraga, en Perbes. Desencriptado: aquel al que quiso matar le traía ahora al comandante. No sólo eso, meiga: el comandante no se cansaba de alabar a su anfitrión, de darle las gracias, de beber queimada y de jugar al dominó. Una juventud volada para eso.
F y F creían en Dios. Ahí va mi apuesta. No hay un dictador ateo.
Sigue con salud
A.
(El Mundo, 7 de abril de 2012)

Víctimas, 14 de abril: José Antonio Álvarez Díez y Ángel Jesús Mota Castillo

Libertad Digital.



Pasadas las once de la noche del 14 de marzo de 1986, el inspector del Cuerpo Superior de Policía JOSÉ ANTONIO ÁLVAREZ DÍEZ resultaba muerto en San Sebastián en el transcurso de un tiroteo con tres miembros de la banda terrorista ETA. Uno de ellos, que llevaba identificación falsa, falleció también en el intercambio de disparos.
José Antonio se hallaba en compañía de otro policía en un coche camuflado siguiendo las evoluciones de tres personas -entre ellas una mujer- dentro de un Citröen Visa que estaba aparcado en el paseo de Miraconcha. La víctima se acercó al turismo para pedir la identificación de los sospechosos cuando recibió dos disparos a bocajarro, uno de los cuales le atravesó el corazón y provocó su muerte instantánea.
Su compañero repelió la agresión con su arma reglamentaria y alcanzó al terrorista Ángel María Galarraga Mendizábal, alias Pototo, con varios disparos que le ocasionaron la muerte. Los otros dos terroristas huyeron a pie y llegaron hasta la playa de La Concha, donde se les perdió el rastro.
Galarraga Mendizábal tenía un largo historial criminal dentro de la banda terrorista, además de pertenecer a una saga familiar de terroristas. Combatió con la guerrilla salvadoreña a principios de los ochenta y era hermano de Juan Manuel Galarraga Mendizábal, alias Zaldivi, acusado de ser el principal responsable del atentado de la calle Correo de Madrid el 13 de  septiembre de 1974, la primera masacre de ETA. Una hija de este último, Saroia Galarraga, fue detenida en Francia en 2001 junto al etarra Juan Antonio Olarra Guridi. Días después su prima Hodei Galarraga Irastorza moría en Bilbao al explotarle la bomba que transportaba en un vehículo. Un hermano de Saroia, Haritza, está también implicado en actividades de Segi. Ángel María Galarraga fue enterrado el 16 de abril en Zaldivia, donde fue homenajeado por simpatizantes de la banda. Además, el Ayuntamiento corrió con todos los gastos del sepelio.
En el interior del coche de los terroristas, que había sido robado con anterioridad a un veterinario de la localidad guipuzcoana de Azcoitia, fueron encontrados 12 kilos de Goma-2. El explosivo estaba colocado en el interior de dos ollas metálicas, en las que los terroristas habían introducido 20 kilos de tornillos de grueso calibre, a modo de metralla. El artefacto, preparado para explotar, iba a ser utilizado al paso de un vehículo policial que haría su ronda habitual por el paseo marítimo.
En 1989 la Audiencia Nacional condenó a 44 años por este atentado a Ignacio Erro Zazu, alias Pelos, y Estanislao Echaburu Solabarrieta, alias Iván. Ignacio Erro Zazu fue detenido en 1987 en una operación en Pasajes de San Pedro en la que, durante el enfrentamiento con la Policía, murió la etarra Lucía Urigoitia Ajuria. Además de por el asesinato de José Antonio Álvarez Díez, ha sido juzgado y condenado a cientos de años por varios asesinatos más. Por otra parte, es uno de los 47 etarras que redimió condena por estudiar carreras en la UPV sin tener los requisitos mínimos de acceso a la universidad, escándalo que llevó a la Fiscalía General del Estado a investigar el asunto en el año 2005.
José Antonio Álvarez Díez, de 27 años, estaba casado con Gabriela García (22 años) y tenían un hijo. Era natural de Tremor de Arriba (León). Había ingresado en el Cuerpo Superior de Policía cinco años antes de su asesinato. Ejerció su corta carrera en San Sebastián.
El 14 de marzo de 1990 fallece el funcionario de prisiones ÁNGEL JESÚS MOTA IGLESIAS, al no poder salir del coma provocado por las graves heridas en cráneo y cuello sufridas en el atentado del día anterior en San Sebastián.
A las ocho menos cuarto de la noche del 13 de marzo Ángel recibió un tiro en la cabeza en presencia de su mujer y su hijo de cinco meses, al que llevaba en brazos. El atentado se produjo en la calle Matía, en el momento en que su esposa estaba bajando la persiana de la tienda de fotografía propiedad de la familia de ésta y él se dirigía al vehículo familiar con el bebé en brazos. Un etarra se le acercó y le disparó a bocajarro en la cabeza. El niño fue recogido del suelo por una mujer testigo de los hechos, que vio que el pistolero de ETA huía en una moto que conducía otro terrorista.
A última hora de la noche, y tras ser operado en el hospital de la Cruz Roja, a escasos metros de donde tuvo lugar este atentado, su estado clínico fue calificado de suma gravedad, presentando orificio de entrada y salida, pérdida de masa encefálica y afectación del hueso temporal. Ángel quedó en coma profundo y falleció al día siguiente.
ETA había comunicado recientemente, a través del diario Egin, que los funcionarios de Interior y Justicia eran objetivo prioritario de la banda asesina. Tras el asesinato de Ángel, la banda asesina aprovechó el comunicado de reivindicación para reiterar su amenaza a todos los funcionarios de Justicia e Interior, a los que conviertía en "objetivo militar" por colaborar "a distintos niveles en la política represiva contra los presos políticos vascos". En varios centros penitenciarios el asesinato de Ángel provocó la celebración de multitud de manifestaciones, concentraciones y huelgas de protesta por las condiciones de inseguridad en las que tenían que llevar a cabo su trabajo y contra la política antiterrorista  del Gobierno del PSOE.
El asesino, que no dudó en meterle un tiro a Ángel mientras tenía a su bebé de cinco meses en brazos, fue detenido en 1992. Se trataba de Francisco Javier Balerdi Ibarguren que, en ese momento, trabajaba como empleado contratado en el seno del grupo municipal de Herri Batasuna en el Ayuntamiento de San Sebastián. Fue condenado en 1994 a 30 años de reclusión mayor por el asesinato de Ángel. Juan Ignacio Ormaechea Antepara, el etarra con el que cometió el atentado, había fallecido en agosto de 1991 en un enfrentamiento con la Guardia Civil.
Francisco Javier Balerdi Ibarguren tenía 24 años cuando fue detenido. Según fuentes de la lucha antiterrorista actuaba como un liberado y mantenía su vida y su actividad normal como militante y empleado de HB. Desde 1989, y tras ser captado por el etarra Rubén Egaña, Balerdi participó en cinco asesinatos junto a Ormaechea, entre ellos el ametrallamiento el 2 de enero de 1991 del coche del gobernador militar de Guipúzcoa, coronel García Lozano. Balerdi recibía la pistola o la metralleta de Ormaechea y se la devolvía al terminar cada atentado. A continuación, regresaba a su trabajo en el Ayuntamiento de San Sebastián como si tal cosa.
Ángel Jesús Mota Castillo, de 31 años de edad, era natural de Zamora, aunque vivía en el País Vasco desde 1960. Estaba casado y tenía dos hijos de corta edad. Trabajaba en la prisión de Martutene desde once años antes de su asesinato. En Martutene hacía funciones administrativas, como el reparto de la paga a los reclusos y la entrega de las nóminas a los compañeros.

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España al borde del abismo

Xavier Sala i Martín.



España al borde del abismo
Ahora sí. España está al borde del abismo. Las elecciones que llevaron a Rajoy a la Moncloa dieron un atisbo de esperanza de que por fin alguien serio gobernara España, pero esa esperanza se ha esfumado en 100 días. Ahora ya podemos afirmar que, o Rajoy cambia mucho o España camina inexorablemente hacia la catástrofe.
Hasta diciembre 2011, el problema de España era que corría el riesgo de “contaminarse” de los problemas de Grecia. Recordad que en Europa había países insolventes (Grecia) y países como España o Italia que eran solventes pero faltos de liquidez (solventes quiere decir que tienen capacidad de pagar sus deudas en condiciones normales y faltos de liquidez quiere decir que necesitan pedir prestado a corto plazo porque sus gobiernos gastan más de lo que ingresan y mantienen un déficit fiscal). El problema para ese segundo grupo de países era que los acreedores, en estado de pánico, podían pedir unos intereses tan elevados (una prima de riesgo tan elevada) que acabasen haciendo que, efectivamente, España no pudiera pagar. Es decir, España corría el peligro de lo que se llama “profecía auto-realizada” : los acreedores "profetizan" que España no podrá pagar y suben los intereses para compensar el riesgo de impago, eso encarece el crédito hasta el punto que, efectivamente, España no puede pagar.
Para solucionar ese problema era importante que el Banco Central Europa saliera a la palestra para comprar deuda de los países “solventes pero faltos de liquidez” y que, a su vez, esos países hicieran lo posible para (1) recortar sus déficits fiscales y (2) reencontrar sus sendas de crecimiento (es decir, reformas estructurales).
En Diciembre de BCE hizo su parte del trato e introdujo el LTRO (long-term refinancing operation), programa de créditos baratos a los bancos para que éstos compraran deuda de países como España. Las primas de riesgo bajaron y permitieron que la tranquilidad volviera a los mercados(*).
El problema es que España no ha cumplido su parte del trato. Después de ganar las elecciones de manera abrumadora, el Partido Popular no ha hecho nada para ganar la credibilidad que había perdido el gobierno de Zapatero. De hecho, en 100 días ha hecho todo lo que ha podido para dilapidar las esperanzas que la mayoría de Españoles habían depositado en el cambio. Ya he explicado en un post anterior el problema principal de este gobierno es el de la falta de SERIEDAD, y lo vuelvo a repetir aquí: 
  1. incumplir promesas fundamentales como la de no subir el IRPF no sólo demuestran que el nuevo gobierno no tiene una filosofía en la que cree puede dar resultados (y, de paso, en la que podamos confiar todos), sino que es un gobierno que va a la deriva adoptando medidas populistas, electoralistas y sin un rumbo fijo,
  2. posponer el presupuesto a las elecciones andaluzas demuestra que, igual que ZP, esta gente pone sus intereses electorales y sectarios al interés del país
  3. contratar a amigos y familiares del PP por doquier (incluido el marido de Soraya Saenz de Santamaria) en un momento en que 5 millones de ciudadanos están en el paro demuestra que no quieren el poder no para solucionar problemas sino para beneficiarse de él,
  4. proponer el corredor central en lugar de apostar por la racionalidad del eje mediterráneo es demostrar que el egocentrismo capitalino sigue primando sobre la racionalidad económica,
  5. hacerse el "machote" ante los electores diciendo que no se cumplirá el déficit del 4,4% del PIB sino el 5,8% unilateralmente decidido por Rajoy es una muestra de valentía... pero no cuando 24 horas después del anuncio la jefa te pica la cresta, te obliga a aceptar el 5,3% y tu aceptas sin rechistar,
  6. no arreglar decididamente EL GRAN problema del sistema financiero Español, que no es otro que Bankia, por razones aparentemente políticas (Bankia es el antiguo Caja Madrid, presidida por un ex vicepresidente del PP, Rodrigo Rato) demuestra, otra vez, que la prioridad no es arreglar los problemas de fondo sino la gestión de favores políticos,
  7. seguir negando que la solución al problema financiero de España va a requerir docenas de miles de millones de euros al erario público es zapaterizar la gestión económica a base de esconder la cabeza bajo tierra cosa que demuestra o incompetencia o falta de sinceridad (o ambas),
  8. no asumir la propia culpa o la propia incapacidad de reducir el déficit y dar las culpas a las autonomías o al gobierno anterior es una muestra de irresponsabilidad
  9. hacer unos presupuestos vanagloriándose de los “sacrificios” de 27.000 millones cuando en realidad 14.300 de esos millones son un sacrificio de los ciudadanos a los que se expropia una cantidad mayor del dinero que ganan con el sudor de su trabajo y 5.000 millones son un sacrificio que se impone a las comunidades autónomas es demostrar una falta de seriedad escalofriantes, pero si además, esos presupuestos incluyen:
    1. el absurdo retorno de las desgravaciones fiscales por la compra de pisos simplemente porque cuando uno estaba en la oposición se quejó (irresponsablemente) de que el PSOE las eliminara,
    2. la negativa a subir el IVA y bajar las cotizaciones sociales del trabajo que permitirían hacer una devaluación fiscal que abarataría las exportaciones en relación a las importaciones simplemente porqué Javier Arenas no quiso que se subiera el IVA en su día porqué reduciría sus opciones electorales es poco serio,
    3. la negativa a reducir el salario de los funcionarios de la administración central cuando el resto de la población sufre IMPORTANTES pérdidas de ingreso simplemente porque cuando se estaba en la oposición se adoptó esa postura demagógica para captar votos es impresentable.

Podríamos seguir ampliando la lista pero no es necesario. Queda claro que, estamos en nueva fase de la crisis en la que España YA NO es claramente un país solvente que corre el riesgo de “contagiarse” de la irresponsabilidad de Grecia sino que se ha convertido, a los ojos de sus acreedores, en un país incapaz de hacer los deberes y que, por lo tanto, corre el riesgo de ser insolvente. Las primas de riesgo ya no suben porqué los acreedores estén en estado de pánico y pongan injustamente a España en el saco de Grecia. España se ha puesto a sí solita en el saco de Grecia.
Y la principal consecuencia de todo esto es que, esta vez, el problema de España ya no lo arregla el Banco Central Europeo dando créditos baratos a los bancos para que se lo presten a España y bajar así la prima de riesgo. Esta vez lo único que puede salvar a España es que el gobierno deje de dar bandadas, deje de hacer trampas, haga las cosas con seriedad, asuma sus responsabilidades, se deje de electoralismos cortoplacistas y coja el toro por los cuernos con valentía y decisión.
Los recortes de gasto y subidas de impuestos van a empeorar la recesión a corto plazo. Todo el mundo debe ser consciente de ello. Pero ese empeoramiento de la recesión valdría la pena si se tiene la confianza de que el año que viene se habrá salido del agujero. Y esa confianza solo la puede dar el gobierno demostrando dos cosas que hasta ahora no ha tenido: rumbo y seriedad. Rumbo claro que indique hacia donde se va y cómo se va a transformar el tejido productivo del país para hacerlo competitivo y capaz de generar empleo, riqueza, crecimiento... e ingresos fiscales. Seriedad para convencer a todos los ciudadanos que los que mandan tomarán decisiones pensando en el bienestar de todos y no en las chances electorales de algunos.
  
(*) Cuando se dice “mercados”, se quiero decir ACREEDORES. Lo digo por todos aquellos comentaristas que se preguntan, sarcásticamente, "quienes son estos mercados que tanto nos fustigan". La respuesta es: los mercados son esos acreedores a los que les debes dinero y a los que estás obligado a pedirles más dinero porque eres incapaz de cuadrar tus cuentas!