Premisas iniciales para Juan Impaciente

Álvaro Guzmán de Lázaro.


Hará un año que le conocí. Juan Impaciente es un español con ahorros. Quiere proteger su capital y, si es posible, ganar dinero. Lee la prensa financiera española, la internacional, y suele escuchar las emisoras financieras de radio.

Le gusta invertir personalmente su dinero y tiene opiniones radicales respecto a temas tan variopintos como el papel del Estado en la economía, las probabilidades de éxito de las reformas en Italia, la sostenibilidad del crecimiento económico brasileño o el rol geoestratégico de Rusia dentro de diez años. Lo que le mueve a saber de todo un poco es la posibilidad de ganar dinero en bolsa. Cuando me pregunta , se ríe siempre de mis contestaciones y suele gritar “A largo plazo… ¡todos muertos!”, como si eso del largo plazo fuera algo inútil, ininteligible, una especie de falso escudo en que nos escondiéramos los profesionales… Juan, esta columna va por ti: a ver si te convenzo de la utilidad del largo plazo para tu objetivo de ganar dinero comprando acciones en bolsa…
¿Para qué sirve el largo plazo, Juan? Por ejemplo, para identificar las acciones de CAF en el año 2000. Han pasado doce años y, pese a la burbuja puntocom, el 11S, las guerras en Irak y Afganistán, la crisis de las hipotecas subprime, etc… sus acciones han subido de 20 euros a casi 400. Mientras, la bolsa está mucho más baja que entonces. No todas las inversiones serán igual de rentables, pero tampoco es necesario. Basta con que aprendas a distinguir una buena inversión de una mala. Las compañías que te interesan son aquellas que vayan a seguir existiendo dentro de quince años y con beneficios superiores a los de hoy. Para encontrarlas, suele bastar con que cumplan cinco requisitos.
Primero: tienen que ser negocios que resulten difíciles de copiar por alguna razón (ya hablaremos más de esto).
Segundo: tienen que estar gestionados por gente capaz y honesta. No te fijes sólo aquí en su capacidad para generar crecimiento en ventas y márgenes. Busca además sentido común y responsabilidad en las compras y ventas de activos que hayan realizado en el pasado.
Tercero: que el balance de la compañía no tenga demasiada deuda, es la mejor manera de que el tiempo juegue a tu favor.
Cuarto: (¡muy importante!) paga un precio barato por las acciones. Para estar seguro de esto, piensa si las razones por la que las acciones están baratas son inasumibles por ti o encierran una oportunidad (también hablaremos más de esto).
Quinto: busca compañías con negocios globales.
A Juan le dan miedo muchos aspectos del entorno actual. Reacciona siempre ‘demasiado’ a los titulares optimistas/apocalípticos. Eso hay que evitarlo. Mi consejo es que tengas un marco teórico sólido para más o menos entender en qué parte del ciclo nos situamos, y qué países debes evitar. De esto hablaremos también en otras entregas.
En el caso de España, no sé si será o no rescatada. Si logramos reducir el tamaño del Estado y se abordan reformas liberalizadoras que den más ‘espacio’ a la sociedad civil, volveremos a ser competitivos en unos años. Si no lo logramos, tendremos que irnos del euro y devaluar. Si limitas tus inversiones a negocios cotizados en España pero globales, bien gestionados y baratos, todo esto no te afecta como ahorrador tanto como crees a largo plazo. Y hay algunas acciones a precios ya muy interesantes en España.
Respecto al resto del mundo, algunos sucesos podrían hacer caer a los mercados. Que el euro se rompa o cambie de ‘perímetro’ (esto depende de los políticos). Que la inflación americana crezca a niveles que obliguen a la Fed a subir tipos (en cuyo caso, la banca sufriría de nuevo). Que los americanos no logren reducir su elevado déficit (quizás las elecciones de noviembre arrojen algo de luz sobre este tema). Que las masivas inyecciones de liquidez de los bancos centrales arrojen consecuencias no deseadas/previstas. Y cualquier otro que surja de repente. De todas formas, hoy, ‘gracias’ al miedo en los mercados, puedes hacerte una cartera de negocios cotizados en Europa pero globales, difíciles de replicar, bien gestionados y saneados financieramente, pagando menos de 10 veces beneficios. Con eso ganarás dinero a 5-7 años vista.
Si no quieres, no tienes por qué invertirlo todo ahora. El dinero que decidas dejar ‘aparcado’ puedes invertirlo en letras del Tesoro de países más o menos sanos como Canadá, Suiza o Alemania, entre otros. No sacarás rentabilidad, pero podrás vender al mismo precio si la bolsa cae, para reinvertir en las acciones que hayas descubierto, a precios más baratos.
Hay temas mucho más concretos y complejos que desearías tratar. Perdona que en esta primera ‘descarga’ insista en recordar lo que para mí son “Principios Básicos”. Si de verdad lo son, nunca te sobrarán Juan.

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