Pudiendo, pues

Carlos Rodríguez Braun.



Como dice el chiste: a mí me gustaría vivir como vivo, pero pudiendo. Pero ni usted ni yo podemos. Las Administraciones Públicas son las únicas capaces de lograrlo. ¿Cómo es posible que el Estado y las comunidades autónomas deban tanto dinero? ¿Cómo puede la deuda pública española registrar cotas tan elevadas, del 68 % del PIB a finales del año pasado? Dirá usted: eso es mucho mejor que la media europea, que es superior en más de veinte puntos porcentuales. Verdad, pero también es verdad que nuestra deuda alcanza un máximo histórico tras otro, y además que la debemos colocar ahora a trescientos puntos básicos por encima del bono alemán.
Este disparate se produce simplemente porque los políticos pueden hacerlo, pueden gastar más de lo que recaudan, siempre tienen una excusa para hacerlo, y además no sufren las consecuencias que padecen los ciudadanos cuando lo hacen. Es que aquí algún otro paga la cuenta. Y cuando se descubre el pastel cocinado por los políticos para obtener buena imagen, resulta que la solución es aún más pastel, es decir, más deuda, con años de carencia y a plazos más largos, con más facilidades, como en el caso del plan para solventar el irresponsable endeudamiento de los municipios con los proveedores. Y no hay diferencias entre partidos políticos. Cuando hay diferencias entre las administraciones, típicamente, entre las autonomías y los ayuntamientos, es porque suele haber más restricciones en las administraciones locales. Como siempre, además, las autoridades hacen lo contrario de lo que hay que hacer: en vez de ajustarse al comienzo de la crisis, gastaron más y más, endeudándose más y más, con lo que retrasaron la recuperación. Cuando aparecen las luces al final del túnel, ahora dicen que van a ajustarse y, otra vez, en vez de ajustarse exclusivamente vía gasto, han subido los impuestos. Y no se mueva usted mucho, no sé si me entiende. 

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