El Boom Americano

Antón Uriarte.


El boom del gas natural no convencional, obtenido por el método del "fracking" (co2: fracking, el nuevo coco), es un hecho en Estados Unidos.


El pasado diciembre Repsol compró en Oklahoma un dominio minero de 1.500 km2, equivalente en área a la de la isla de Gran Canaria, para explotar una formación geológica de pizarras con gas y petróleo. Por mil millones de dólares. Perforarán este año, para empezar, 200 pozos.

"Investing in America: Building an Economy That Lasts" (Invirtiendo en América: Construyendo una Economía Duradera) se titula un informe recién publicado de la administración de Obama que ensalza los dos millones de empleos que el sector privado ha creado en 2011 y que en parte achaca a lo que llama en un apartado "America's Natural Resource Boom".

"Hace unos pocos años, el miedo a la escasez de gas natural impulsó significativas inversiones en instalaciones portuarias que dieran capacidad a Estados Unidos para importar importantes cantidades de gas licuado (...) Desde mediados de los 2000, sin embargo, el descubrimento de nuevas reservas de gas natural, como la de la formación geológica de Marcellus Shale, y el desarrollo de las técnicas de fracturación hidráulica para extraer el gas natural de estas reservas, ha llevado al rápido crecimiento de la producción nacional y a relativamente bajos precios del gas de los hogares y de las industrias (...) Un abundante suministro local se traducirá en bajos costos para las industrias que usan el gas como un input. La expansión de estas industrias, incluyendo las químicas y las de fertilizantes, impulsarán las inversiones y las exportaciones, generando nuevos empleos."

En Bruselas, la santa unión de burocracia y ecología —más los intereses de la industria nuclear francesa— ponen todas las trabas que pueden a las nuevas posibilidades energéticas de las nuevas regiones afortunadas de Europa, entre las que se encuentra la cuenca cántabrovasca. Papeles, informes, y más papeles. Que si el coscojar, o el espino negro. Que si el sapo corredor, el aguilucho cenizo o la nutria paleártica. Que si el acuífero tal, el cianuro o los terremotos.

Una política timorata y unos medios de comunicación que durante décadas se han dedicado a difundir el malthusianismo, el apocalipsis climático y el fin de los recursos naturales, tardarán años en anunciar: nos equivocamos !



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