Reclusos golpeados brutalmente en cárcel camagüeyana


Por Jorge Alberto Liriano Linares*.

Camagüey, Cuba.- Reclusos golpeados y lesionados brutalmente en la prisión provincial kilo 7 entre los días 13, 14, 15 y 16, víctimas de la violencia policial, de tratos crueles y torturas, la represión y el terror.

Osvaldo Chacón Leiva, de 30 años de edad, sufrió laceraciones en todo el cuerpo, lesiones graves en la cara con posible pérdida del ojo izquierdo. Fue golpeado el día 13 en horas de la mañana por el suboficial Primelle Calas, Jefe de Orden Interior. Carece de asistencia médica hasta el momento.

Arley Díaz Pereira, 31 años, sufrió laceraciones en todo el cuerpo y fractura de cráneo, lesionado de gravedad en la cara con fractura del pómulo ocular izquierdo. Fue golpeado el pasado día 13 por el suboficial Primelle Calas, Jefe de Orden Interior y su hermano Daniel Primelle Calas, Jefe de Pelotón. Carece de asistencia médica y permanece en la celda de castigo bajo condición de torturado.

Alberto Bonora Peña, 33 años, recibió dos golpizas una a la hora del mediodía del 14 de diciembre y otra en la noche del día 15 se desconoce el estado y las lesiones que tiene pues se encuentra aislado en una celda de castigo. Fue golpeado por los hermanos Primelle Calas.

Víctor Barreiro Amañuela, 31 años, recibió la primera golpiza que le causó laceraciones en todo el cuerpo en la mañana del día 15. Esta golpiza la propinó el suboficial Daniel Primelle Calas. Una segunda golpiza en la mañana del día 16 propinada por el suboficial Sergio, la cual le causó trauma craneal, desfiguración de rostro con peligro eminente para la vida. Desde el 16 permanece aislado e incomunicado en una celda de castigo sin asistencia médica. Se desconoce su estado de salud.

El pasado día 15 en el horario de la noche yo también sufrí de la oleada represiva de los hermanos Primelle Calas cuando me manifesté gritando en contra de los tratos crueles con consignas antigubernamentales. Fui esposado por ambos sicarios que apretaron tanta las esposas que me lesionaron la muñeca de la mano izquierda. Me dieron golpes aún cuando me llevaron a rastro unos 500 metros trasladándome a la celda número 10 del destacamento 8, que le llaman medida de seguridad cuando en verdad es una celda de tortura que no posee iluminación y carece de las condiciones mínimas. Esa noche dormí allí a merced del frio y de los mosquitos. Esa noche recibí amenazas de muerte por parte de estos dos militares. En horas de la mañana fui llevado para el destacamento. Continúan negándome el derecho a visita, Santos Fernández ha venido en dos ocasiones a verme y no me dan la visita.

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