El fanatismo

Por Angélica Mora.



NEW YORK, New York, diciembre, www.cubanet.org

A veces es difícil seguir los intrincados vericuetos de algunas mentes, especialmente en lo concerniente a la política.

Se pudiera pensar que el asombroso mundo de las comunicaciones hubiera abierto espacios de información en los pueblos y estos estuvieran obrando en una forma más inteligente a la hora de elegir sus gobiernos. Pero, desgraciadamente no es así.

Los pueblos están cada día más desorientados. La mayoría no piensa que es lo mejor para sus respectivos países, sino que se mueve siguiendo Flautistas de Hamelín que tocan melodías engañosas. Es tan ciega la exaltación de muchos, que no ven la realidad y prefieren seguir en la marcha directa que los conduce al abismo junto con sus Músicos.

En Cuba, mucho de este fanatismo por los hermanos Castro se ha ido desgastando con el paso de los años. Pero todavía quedan los que se empecinan en seguir creyendo lo irrealizable en la llamada Isla de la Felicidad.

Prueba de ello son las Brigadas de Respuesta Rápida cuyos componentes están dispuestos ciegamente a la violencia y son recompensados por el régimen por golpear a los opositores.

Estos elementos componen las “turbas”, que están instruidas y cumplirán órdenes de atacar, en caso de un levantamiento espontáneo del pueblo.

Otro grupo de fanáticos son los que creyeron en las promesas de la Revolución y que en su mayoría han muerto, o han envejecido en la pobreza, sin lograr ver los beneficios de haber servido fielmente a los hermanos Castro.

Hay otros que han sacado provecho al estar dentro del gobierno en estos años de dinastía castrista. La corrupción y el actuar en los negocios del Estado han hecho que miembros del gobierno se mantengan hoy apegados y fieles a los dictados de Raúl Castro. Este es el fanatismo “por el propio buen vivir”.

Lo mismo pasa en Venezuela, que es una copia lastimosa de Cuba. Miles de militares se mantienen con Hugo Chávez por los beneficios que obtienen al serle leales y proseguir con las prebendas, que perderían si llega otro gobierno a Miraflores.

También Chávez ha sabido conquistar a la clase de escasos recursos, entregándoles regalos y halagándolos con discursos y falsas promesas. Los fanáticos de Venezuela – especialmente los del colectivo “La Piedrita”- están armados y dispuestos sangrientos enfrentamientos si sucedieran en el país protestas como en Egipto o Libia.

Cuba y Venezuela sufren  los elementos para que se alcen en forma masiva “los indignados” ya que ambas naciones sufren hambre y falta de libertades.

En Cuba por estas causas ha habido recientemente protestas por parte de la oposición que han sido brutalmente reprimidas.

En Venezuela se llevan a cabo diariamente decenas de protestas pacíficas en la capital y el interior del país, que van desde la falta de pagos de salarios, recortes de insumos y materiales en el trabajo, crisis de la vivienda, falta de alimentos, pésimo servicio de salud, infección y padecimiento de Mal de Chagas y otras epidemias, inconvenientes administrativos, deterioro de las vías, desborde de las quebradas, aguas servidas,  hasta cierres de las calles debido a la inseguridad.

La inseguridad es lo peor: Este año se han registrado en Venezuela más de 30 mil muertes violentas y un término medio de 3 secuestros al día. En el Distrito Capital se registraron 60 asesinatos en los primeros cuatro días del mes de diciembre, según reseña el diario La Voz.

Pero ni en Cuba ni en Venezuela se hace nada en forma colectiva, con participación masiva del pueblo.
Mientras tanto, los fanáticos que apoyan y sirven a los gobiernos de La Habana y Caracas siguen impunemente dueños de las calles y de las vidas de sus habitantes.


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